Adolfo Barrena Salces.- ¡¡Ojalá todos los días fueran un 25 de Abril¡¡
Ese día maravilloso en el que los claveles taparon las bocas a los fusiles.
Un 25 de abril de 1945, los partisanos y las tropas aliadas, liberaron Italia de los nazis.
En Italia las calles se llenaron de voces que cantaban el "Bella Ciao". Esa canción que tantas veces hemos cantado y que consideramos como ejemplo de resistencia y lucha contra el fascismo.
Aquel día de 1974, en Lisboa, fue "Grandola Vilamorena" la canción que marcó la revolución y que, desde entonces, incorporamos a nuestra militancia de resistencia contra el franquismo.
Aquel día, en Lisboa, una trabajadora que se llamaba Celeste Caeiro dió un clavel a un soldado y este lo puso en la boca de su fusil. Todos los claveles que llevaba Celeste fueron tapando las bocas de los fusiles de los otros soldados.
Quizá Celeste nunca soñó con dar nombre a una revolución, quizá, aunque se soñaba con la libertad que vendría al acabar con la dictadura salazarista, nadie soñaba que aquel día, los fusiles se pondrían al lado del pueblo y ayudarían a traer la democracia.
Yo recuerdo aquellos tiempos. Imposible olvidar lo que significó para quienes aquí sufríamos la dictadura franquista.
Fue un grito de esperanza, caía otra dictadura. Supimos que era posible ganar la libertad y por eso, con sana envidia, celebramos ese 25 de Abril.
Hoy, cuando el fascismo vuelve a salir a las calles, cuando vuelve el odio, el racismo y la xenofobia. Cuando gana posiciones y llega a los gobiernos el fascismo. Cuando el populismo fascista se presenta como alternativa salvapatrias. Hoy, cuando vemos proclamas y amenazas fascistas, conviene recordar que la libertad y la democracia, fueron posibles gracias a que cayeron las dictaduras tras dejar miles de asesinatos, torturas y violaciones de los derechos humanos.
Hoy, 25 de abril, tenemos que gritar, fuerte, con ganas, y con el puño levantado:
¡¡Fascismo nunca más¡¡'
¡¡Viva la Libertad¡¡