Iñigo Aduriz/El Diario.- El nuevo Gobierno progresista escuchó este miércoles en el Congreso de los Diputados todo tipo de insultos y acusaciones por parte de la derecha y, en especial, del Partido Popular, por la crisis económica, social y política que vive Venezuela. La formación que preside Pablo Casado convirtió la primera sesión de control al Ejecutivo de la legislatura en un pleno prácticamente monográfico sobre el encuentro que el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, mantuvo el pasado 20 de enero con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas.
La estrategia gustó en las filas populares, cuyo ánimo se había resentido en los últimos meses por las debacles electorales, la permanente pugna con las otras dos derechas –Vox y Ciudadanos– y las divisiones internas que esta misma semana quedaban en evidencia ante los problemas de gestión de la elección del líder del PP, Alfonso Alonso, como candidato a lehendakari, o la copia del discurso de la extrema derecha durante el debate sobre la nueva Ley de Eutanasia del lunes.
Dirigentes populares reconocían después del Pleno en los pasillos del Congreso que el debate sobre Venezuela "cohesiona" al partido, porque se trata de un asunto en el que no hay apenas discusión interna. Todo el PP, apuntan varios diputados, comparte la exigencia de derrocar a Nicolás Maduro y de vincular al nuevo Ejecutivo con el "chavismo" por la entrada de Unidas Podemos, formación a la que desde su nacimiento la derecha identificó con la "dictadura" venezolana.
"La defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos en Venezuela nos une", explicaba un dirigente del partido que vaticinaba que Casado y su equipo "persistirán en la petición de explicaciones" al Gobierno. Durante toda la legislatura, la dirección popular mantendrá su "exigencia de que España lidere en la UE la reivindicación de una Venezuela libre", así como "la legitimidad de Juan Guaidó como único presidente encargado para la transición" en el país latinoamericano. "Es uno de los temas que más vamos a tratar en la legislatura porque divide a la izquierda y une a la derecha", explicaba otro dirigente con responsabilidades en la cúpula popular.