Adolfo Barrena Salces.- En aquel famoso cuento infantil eran las palabras mágicas que abrían la cueva en la que 40 ladrones guardaban el botín de sus robos y fechorías.
Hay una versión moderna del cuento en la que no hay una cueva, hay cuentas en paraísos fiscales, hay mangoneos y comisiones, hay toda una banda de monarcas, jeques y reyezuelos que acumulan millones, que campechanamente disfrutan de los placeres y prebendas y que, lejos de los bandidos del famoso cuento, no tienen nada que tener de la justicia porque ni siquiera les persigue.
Así que no funciona aquello del !!Abrete Sésamo¡¡, no hay manera de que el pueblo tenga la más mínima posibilidad de retorno de lo robado.
La verdad es que me importa un pimiento donde se haya fugado el campechano, no termino de entender ese "interés nacional" por saber el paradero del personaje. Ciertamente el destino elegido es una burla, pero solamente una más. Generalmente la gente, cuando huye por algo, se refugia en casas amigas. Lo indignante, y patético a la vez, es que queda demostrada la altura ética y moral de quien se refugia con sátrapas y dictadores.
Lo que me importa es que pueda abrirse la cueva, que podamos recuperar lo robado, que el ladrón pueda ser juzgado y que nos enteremos, de una puñetera vez, de lo que es una monarquía por muy constitucional que sea. No deja de ser una institución antidemócratica y machista basada en privilegios feudales.
En nuestro caso, además, invocar como bandera defensora de la monarquía la constitución, es una aberración democrática.
Díganme lo que puede esperarse de un régimen que legitima y garantiza la irresponsabilidad e inviolabilidad de la jefatura del estado.