La necesidad de la confluencia en la Región de Murcia viene dada por dos factores y un problema histórico. Uno, regional y otro, estatal.

1. El primero se sitúa en la necesidad de terminar de crear un espacio de encuentro entre todos los sectores transformadores de la Región de Murcia que constituyan una alternativa electoral que permita superar la etapa de corrupción política en la región y generen las condiciones que permitan un desarrollo económico; en la tendencia de acabar con el desempleo desde una nueva perspectiva a la actual, teniendo en cuenta el momento concreto de la formación social en que nos ubicamos, y centrada en los proyectos de economía social, pública, y obviamente privada, con la cual habría que competir en condiciones de libertad de mercado. Este modelo económico tardocapitalista mercado libre será el punto de encuentro de estos modelos económicos a diferencia del llamado libre mercado que sólo acepta la economía privada y con determinadas condiciones impuestas por el Capital Financiero Internacional. Ampliar la democracia es ampliar las bases de la economía social en transición a la de propiedad social en competencia industrial obviamente. Democracia económica como motor de desarrollo de la región. Ejemplos tenemos. El cooperativismo, forma embrionaria de economía social, ha sido el único sector que ha creado empleo en plena crisis. Comprender acertadamente esta cuestión, y saber utilizarla, es básico para demostrar que la izquierda no sólo reparte sino que también sabemos crear riqueza.

Todos los movimientos sociales que estamos viendo en forma de PAH Coordinadora Anticorrupción, Mareas verdes, blancas, Marchas de la Dignidad, y Plataforma soterramiento, etc. tienen sentido, no sólo en su momento reivindicativo, que sí, pero hay que observarlos también como demandantes de políticas económicas realistas que lo sean porque partan de la realidad socioeconómica que tenemos y porque abran vías, formas y propuestas de producción y reparto equitativo de la riqueza mediante las formas de economía pública y social. No sólo denunciar, que sí, sino también proponer, y en los ámbitos donde se tenga el poder, hacer.

En el contexto actual, de ataque global del Capital Financiero Internaciona,  el neokeynesianismo, o políticas similares, que sigue proponiendo la izquierda, son ya insuficientes porque se ubican en la distribución y no en la producción de riqueza social sino estatal para posteriormente privatizar. Es decir, porque dejan intactas las bases socioeconómicas que generan dicha situación. Las propuestas de economía social deben ser, principalmente pero no las únicas, las que se centren, también aunque no sólo, en la producción de este tipo de propuestas empresariales. Y que sean capaces de supervivir en el mercado, porque el mercado es el puente hacia la superación histórica de dicho problema. De lo contrario la Confluencia será un gigante con pies de barro, porque quien domina la producción domina no sólo la distribución sino también y en consecuencia, social y políticamente; tiene la hegemonía política.

Si la Confluencia entiende esta cuestión capital, y sus líderes murcianos son capaces de abanderar y dirigir un proyecto político que ya se ha iniciado en el estado, se habrá producido las bases para que el gigante tenga pies sólidos desde el punto de vista histórico. Es decir, si la Confluencia triunfa en el mercado de valores de uso donde quede excluido del mercado de valores de cambio el factor humano, como objetivo estratégico. No olvidemos que esto, en parte ya lo ha entendido el PP de la Región de Murcia, atrayéndose todo el movimiento cooperativo para luego darle su sesgo privado.

2. El segundo, referido a la articulación de la Región de Murcia con el resto del estado en la nueva perspectiva plurinacional partiendo de las tres estructuras económica que encuentran su bisagra en nuestra región: El arco Mediterráneo, donde lo catalán, valenciano, andaluz y castellano, confluyen en el sureste. Se trata de entender que la Región de Murcia tiene una posición clave en el proceso constituyente de un estado plurinacional donde todas las ciudades, regiones y naciones que la componen se articulen en estado de igualdad social desde el reconocimiento de la singularidad histórica de cada una. Donde no tenga cabida el imperio/hegemonía de ninguna de ellas. Donde lo español trate a cada territorio en base a sus propias características y aportaciones históricas en la construcción de lo común. Ahí la Región de Murcia ha adquirido históricamente (y esto es nuevo en ella y diferenciador) una función fundamental en ese proyecto por una razón muy sencilla de entender. Lo murciano se entiende desde la relación de acuerdo entre lo castellano, salida al mar y conexión con el centro, lo catalán y valenciano, el arco mediterráneo y lo andaluz, por su conexión con el sur español. Nuestra historia ha demostrado que la Región es bisagra de ese trípode. Sin olvidar el Mediterráneo que nos articula con el comercio exterior y con el mundo árabe, entre otras cuestiones.

En términos actuales. Murcia es imprescindible para cualquier acuerdo estatal porque en ella confluyente al menos dos de sus estructuras territoriales imprescindibles para dicha articulación y que además se necesitan mutuamente. Es donde lo castellano convive y se encuentra con lo andaluz y lo catalán y valenciano. La Confluencia debería ser expresión de dicha necesidad y constructora de la solución estatal. Este hueco aún no ha sido rellenado dado que la derecha ha planteado la cuestión, no desde el encuentro sino desde el enfrentamiento. Un ejemplo de ello fue el famoso lema de “Agua para todos” que nos enfrentaba con Castilla-La Mancha, con Aragón y con Cataluña porque no entendía que el agua es un problema en todos esos territorios y porque ubicaba la solución no en la producción de agua sino en su consumo.  Un lema como “Agua entre todos” se centraría en la posición (la producción del agua) de que es problema de todos y no sólo de una parte y que por tanto es un problema a resolver entre todos. Es decir se centraría en la solución del problema en común.

Por ello “Murcia en Común” para los municipios y/o “En Común Podemos” para la región hablan por sí mismo de los objetivos de la Confluencia en la región. Si la región de Murcia es la bisagra que articula lo castellano y levantino-catalán, entonces “En Común Podemos” sería clara expresión de Murcia en la plurinacionalidad española y encontraría el sitio que los historiadores de la UMU, ha tiempo, le encontraron. Es más, esa es la Región de Murcia que encuentra encaje en la España plurinacional. Además, recordemos que la necesidad de este cambio de paradigma estatal es un de las claves que explican la descomposición del régimen del 78 y que es el reflejo del cambio social que se está produciendo en España como consecuencia de dos cuestiones. La descomposición de la clase media creada por el desarrollismo franquista que ha sustentando el régimen del 78 y que casi ha barrido la crisis de 2008 y el surgimiento de nueva clase media gestada durante el periodo juancarlista (o Régimen del 78) y al amparo de las políticas de reestructuración y privatización económica de Miguel Boyer, Carlos Solchaga y Rodrigo Rato (es decir la política económica del Régimen del 78 llevada a cabo indistintamente por PP y PSOE) y que, libre de los prejuicios y condicionantes históricos de la transición y con una perspectiva de proletarización y no de un futuro mejor, entiende o empieza a entender la necesidad de actualización del marco político referencial de libertades.  Como elemento de reflexión podremos advertir que la diferencia entre Podemos e IU-PCE sea un reflejo de ese relevo generacional porque en lo hace referencia al proyecto político es mínima. También es cierto, que Alberto Garzón en su último libro “Por qué soy comunista. Una reflexión sobre los nuevos retos de la izquierda” plantea la necesidad de recuperar la identidad de la lucha por el socialismo y la recuperación del marxismo no dogmático como elementos más destacado para diferenciar el proyecto de IU del de Podemos. Lo cual demuestra que no entiende en toda su plenitud el planteamiento de Pablo Iglesias, el cual tiene, como dice el propio Alberto Garzón, ciertas limitaciones en sus planteamientos en la economía política.

3. El problema histórico. El proceso de descomposición del Régimen del 78 y de transición hacia el Nuevo Régimen ha hecho saltar toda la estructura de partidos políticos y que actualmente se encuentra en un proceso de Restauración de Régimen. Este momento histórico también ha demostrado la inutilidad de la vieja división o segmentación de la izquierda que formó parte del Antiguo Régimen y de la Guerra Fría. La aparición de un nuevo partido, Podemos (analizamos sólo la izquierda), que nace en el seno de IU donde no lo dejaron crecer y tuvo que hacerlo fuera, la evolución de IU para adaptarse a la nueva situación, y el PSOE que tiene su corpus social “partío” y que previsiblemente terminará con un ala derecha confluyendo históricamente/orgánicamente con el PP y Ciudadanos y otra que acabará confluyendo, previsiblemente con Podemos, el cual se ha convertido en el polo articulador (excepto en Murcia) del proceso de unidad electoral/orgánica de toda la izquierda transformadora con la marca Unidos Podemos. Ese hueco en la Región de Murcia no lo está aprovechando IURM- Los Verdes y puede ser utilizado por Cambiemos Murcia siempre y cuando sea el contenido de Murcia en Común/En Común Podemos. Hoy en día, más que nunca hay que estar muy pendientes de la dialéctica de lo orgánico/electoral y analizar con perspectiva histórica que lo que está sucediendo en la Región de Murcia y en Murcia son cambios y adaptaciones de los bloques históricos regionales acorde con el desarrollo estatal. Y que además, y como derivada de la España plurinacional que está surgiendo, Murcia está desarrollando su naturaleza histórica en el contexto del Estado.

Desde el punto de vista social, esta nueva alineación de fuerzas políticas tiene su origen en un proceso de proletarización generalizado de las clases medias como consecuencia de la crisis de 2008 y con una reestructuración del capital internacionalmente que se caracteriza por que todos los sectores empresariales tiene que supeditar sus tasas de beneficio a favor de las del Capital Financiero Internacional (CFI)

Lo anterior nos lleva a una situación en la cual los centros ricos del “Imperio” estén padeciendo, y cada vez con más fuerza, los procesos de proletarización. Y además teniendo en cuenta que, con la inmensa capacidad de atesoramiento que tiene el CFI, y cada vez mayor, las crisis serán cada vez más profundas y más duraderas, como estamos viendo. La política proteccionista de Donald Trump viene explicada por este hecho, Quiere proteger a su electorado de un imparable proceso de proletarización y desempleo en su forma más “avanzada”. Y en la Unión Europea, obviamente, también y antes

El problema que se les plantea a las fuerzas políticas que pretenden un Nuevo Régimen es su división electoral y/o orgánica. División que se mantendrá en la medida en que no entiendan que las causas históricas que la generaron han desaparecido en todos los terrenos. Aunque es cierto y verdad que en el bloque ideológico todavía quedan restos que no comprenden la naturaleza de la nueva situación histórica porque no han hecho una lectura digestiva de los errores del pasado, tanto políticos como ideológicos. También es cierto que las lecturas incomprendidas del proyecto emancipador es una causa determinante en dicha situación.

En este marco la izquierda murciana tiene que acelerar los procesos de confluencia dado que dos años es muy poco tiempo. Con una hoja de ruta básica basada en la posibilidad de victoria. Y con un liderazgo que transmita la fe en la victoria.

Para ello se tiene que salir del localismo orgánico, mirar el proceso desde la perspectiva general y encontrar a los líderes oportunos para ello. Difícil pero no imposible. Supone mucho trabajo y hay poco tiempo. Y se hará si se entiende como un proyecto estratégico y no solamente táctico dado que el grado de descomposición del PP es cada vez mayor (cuya posición está siendo ya ocupada por Ciudadanos, como se ha visto en Cataluña. En Murcia ya se observan rasgos de descomposición interna del PP) y ello presenta a las fuerzas del progreso y transformación una ventana de oportunidad como nunca antes había sucedido. Ventana que no se cerrará si la Confluencia no se produce y se completa el programa estatal. Para esto último, es necesario que el programa regional aporte soluciones y propuestas al programa estatal desde su propia concreción

También es cierto que esta situación que se produce en la región es consecuencia de la llegada de una ola que está atravesando el arco Mediterráneo y que viene desde Cataluña, pasando por Valencia y que ahora llega en forma de lucha contra la corrupción y de una Región integrada, con revigorizada identidad estatal y visible dentro del estado español. Y dado que procede y forma parte de ese arco Mediterráneo no se puede entender sino es como que en común podemos. Esto obliga también a una coordinación estratégica con dichos territorios