Adolfo Barrena Salces.- Hoy se cumple el 80 aniversario de la muerte de Miguel Hernández. Es el aniversario de ese día en el que, solo y abandonado en una celda de una prisión franquista, le dejaron morir. Le dejaron morir sin darle el tratamiento médico que necesitaba.
Miguel murió sin llegar a cumplir los 32 años. Pero le dio tiempo a dejarnos su obra, su poesía social y comprometida.
Se dice que murió con los ojos abiertos y fue imposible cerrárselos. Lo cierto es en todas las fotografías que hay de Miguel sus ojos, francos y serenos, destacan.
Miguel fue un poeta brillante, como sus ojos.
Hablar de Miguel Hernández es hablar de poesía, de compromiso, de luchas de los trabajadores y trabajadoras para cambiar el mundo, de libertad. Es por tanto, hablar de cultura, pero también es hablar de revolución, es hablar de la República, de la Democracia, y es hablar de antifranquismo.
31 años tenía Miguel cuando murió, pero le dio tiempo a dejarnos su obra y su ejemplo.
Los Vientos del Pueblo le llevan pero son esos mismos vientos los que le arrastran hasta nosotros y nosotras que, gracias a sus poemas honestos, poemas, hondos, sinceros, poemas que con su brevedad dan intensos mensajes, poemas que son testimonio de su compromiso social y político contra el fascismo y a favor de la democracia.
Sabemos, compañero, que estás a nuestro lado, que nos acompañas en la lucha que seguimos, lucha que fue, y es, la tuya. Lucha de clases que era, que es y que será la nuestra
#80AñosSinMiguelHernández