Adolfo Barrena Salces.- Ayer, en el marco del 10º Aniversario del fin de los asesinatos de ETA, Otegui expresó su pesar y dolor por el sufrimiento padecido por las víctimas de ETA y añadió que nunca debió haberse producido.

De inmediato la derecha, en todas sus formas y expresiones, desde la meliflua y anaranjada, pasando por la que se dice constitucional, por la derecha ultra y por la más ultra todavía, jaleados por la caverna mediática y por esa fauna tertuliana que alimenta a estas gentes, salió en tromba a decir que era "insuficiente", que era "una burla", que era un "invento de Sánchez para blanquear a Bildu", que era "mentira" y no sé cuantas cosas más.

Objetivamente hablando lo que hizo ayer Otegui fue un paso adelante que, como los 10 años sin asesinatos, hay que celebrar.

Ciertamente falta el paso de la rotunda condena del terrorismo y el pedir perdón a las víctimas y a sus familiares.

Pero claro, en este país que vivimos, en el que sufrimos un golpe de estado fascista, una guerra asesina y un régimen genocida, que dejaron por el camino miles y miles de personas muertas, de personas asesinadas que siguen abandonadas por cunetas y barrancos, sigue pendiente que todas esta pléyade de gentes que reclaman y exigen condena a una banda que asesinó a 864 personas, que practicó el secuestro y la extorsión y que causó mucho dolor y sufrimiento, hagan lo que reclaman y predican con el franquismo y con las víctimas (decenas de miles) asesinadas, con las víctimas del franquismo que fueron expoliadas, con las que fueron abandonadas en los campos de concentración nazis y con los bebés que robaron.

No solo no hemos oído una condena del franquismo, sino que se les remueven las tripas cada vez que alguien habla de Memoria, Verdad, Justicia y Reparación de la dignidad de las víctimas del franquismo. Les hemos oído afirmar que quienes fusilarían a medio país "son de los suyos". Les hemos visto aplaudir a quienes afirman que la sublevación fascista, la guerra y la dictadura, fueron necesarios para "salvar España".

Nuestra democracia, tan perfecta para algunas y algunos, no ha sido capaz en 43 años de sentar en el banquillo a ninguno de los asesinos y torturadores del franquismo a quienes, esa ley de Amnistía, de 1977, les reconoció la impunidad y, de la noche a la mañana, los "asimiló" a la democracia.

Esta "democrática" gente, que reclama y exige condena y pedir perdón por los crímenes de ETA es la que dinamita y torpedea los intentos de dignificación y reconocimiento de las víctimas y la que se compromete a derogar las leyes sobre Memoria Democrática, es la del "pasemos página", "no reabramos heridas", la del "no hay que remover el pasado".

Es francamente indignante, bochornosa y asquerosa la doble moral de esta gente, la forma que tienen de aplicar la ley del embudo a todo dios menos a ellos y a ellas.

Esto sí que es repugnante.