Adolfo Barrena Salces.- Apenas unas horas después del anuncio del Gobierno de que toma medidas, insuficientes desde luego, pero medidas para empezar a poner orden en esa escalada salvaje del recibo de la luz, sale el lobby nuclear amenazando con el cierre de las centrales nucleares.

Vaya por delante que soy de esos y esas que nos manifestamos, desde hace muchos años, reclamando y pidiendo el cierre de las nucleares y su sustitución en el mix energético por las energías renovables. Por ello afirmo que ya hace años que debían estar cerradas, pero ni los gobiernos del PP, ni los del PSOE, han hecho nada para ello.

Los del PP, además de no hacer nada para el cierre de nucleares, impidieron el desarrollo del sector de las renovables y frenaron en seco las posibilidades de la producción para autoconsumo.

Volviendo al chantaje de hoy. La amenaza la lanzan porque, afirman, el sector nuclear no será viable económicamente toda vez que la decisión del Gobierno de frenar una parte de los escandalosos beneficios del oligopolio eléctrico afectan a su cuenta de resultados.

Son conocidos los miles de millones de beneficios de las empresas eléctricas que son las propietarias de las centrales nucleares. Es una trampa en el solitario, o tratarnos como idiotas, afirmar que las nucleares no son rentables a la vez que tienen beneficios globales multimillonarios.

El chantaje lo adornan con el caos que se producirá si cierran porque les da la gana las nucleares, chantajean con la supuesta falta de suministro eléctrico y las graves consecuencias para la economía, la industria y los consumidores.

Todo porque, por fin, aunque de manera muy provisional y con medidas coyunturales, el Gobierno decide intervenir y trata de rebajar ese atraco diario que es el precio de la luz que, gracias a las leyes del PP, fijan esta cuadrilla de chantajistas.

Dos cosas, diría muchas otras, pero me parece fundamental que se sepa para que la gente no acepte el chantaje ni las presiones. Una central nuclear, al igual que cualquier otra instalación de generación de energía, no se cierra ni abre sin permiso del Gobierno. No es decisión unilateral de ninguna empresa.

Y otra, el Gobierno, por fin, y mal que les pese a las eléctricas, a los mercados, a la derecha, a la caverna mediática y al sumsum corda (si es que eso existe), está aplicando lo que dice el artº 128 de la Constitución que explicita: "Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica". Algo que parecen haber olvidado todos aquellos y aquellas que acusan al Gobierno de "atracar a las empresas privadas" y de aplicar el "comunismo chavista" a la libertad de mercado.

Claro que todo esto tendría un mejor desenlace si se fuera valiente y decidido y se montase una empresa pública de energía, pero eso,  de momento, solo lo dice el rojerío impenitente que sigue resistiendo en este país.