Adolfo Barrena Salces.- En castellano, no sé si el Sr. Cantó estará de acuerdo conmigo, el sufijo -oso/a se utiliza para convertir un sustantivo en un adjetivo.
Se suele aplicar este sufijo cuando quiere darse idea de cantidad, de exceso. Por ejemplo a algo que tiene mucho aceite se le llama aceitoso. A quien da mucho cariño se le dice cariñoso.
También se aplica para definir un aspecto, de esponja sale esponjoso. De arena, arenoso
Puede, también, utilizarse para convertir un verbo en un adjetivo como, por ejemplo, de mentir mentiroso. De sudar sudoroso.
Claro, ya les veo, ¿por dónde va a salir este para decir alguna inconveniencia de la reina?
No sé si alguien que sea muy partidario, siervo obediente, de la citada se definirá como leticioso. Al igual que ignoro si hay feliposos. Sé que a quien le gusta la monarquía le llaman monárquico en vez de monarcoso (debe ser que suena mejor). Le voy a escribir a D. Toni a ver si me aclara estos extremos porque me pierdo en estas cosas de reyes, reinas, príncipes y princesas.
Pero no, yo no voy a hablar de Dª Leticia.
Resulta que "leticiosa" es la forma que tienen de llamar a su producto las "Gaseosas Leticia", que es una embotelladora y productora de bebidas no alcohólicas que está en la ciudad de Leticia, en Colombia, que está en el sur, en el Departamento del Amazonas. Llaman "leticiosa" a su producto haciendo un juego de palabras con Leticia y Deliciosa
De la otra, de esa que viene a reírse de la escuela pública y del profesorado, de la que expresa su desprecio llevando a su hija a estudiar a Gales, poco más hay que decir que no hayamos dicho ya quienes, en vez de aplaudirla como obedientes siervos, nos sentimos avergonzados por la hipocresía que, televisada en directo, se va a vivir mañana en Zuera.
Nota.- La imagen es una captura de pantalla de la página oficial de Gaseosas Leticia.