Adolfo Barrena Salces.- La Memoria Democrática, la que necesita este país, la que debe devolver la dignidad y la reparación a las víctimas del franquismo, la que debe saldar la deuda entera y condenar el franquismo, la que debe hacer justicia, sigue esperando que las vigentes leyes que, supuestamente, avanzan en todo ello se desarrollen, se pongan en práctica y las aplique la justicia.

Este mes de agosto hemos recordado el asesinato de Federico García Lorca, las masacres de Badajoz y Huesca y el próximo sábado, en Pomer (Zaragoza), estaremos en el acto de homenaje a las 17 personas que el fascismo asesinó en esta pequeña localidad zaragozana. Todo ello forma parte del compromiso que, al menos una parte de la sociedad y un conjunto de asociaciones ciudadanas y políticas, tenemos con la verdad, con la memoria, con la dignidad y con la reparación que se debe a quienes sufrieron y padecieron el franquismo asesino.

Mientras tanto ayer tuvimos otro ejemplo de lo que queda todavía para que, en este país, se condene el franquismo y se acabe con la impunidad de la que goza. Ayer supimos que, gracias a la "justicia" madrileña, el laureado general franquista Millán Astray recupera la calle que tuvo dedicada en Madrid hasta que el Ayuntamiento que presidía Carmena la retiró. La calle pasó a estar dedicada a una maestra, a Justa Freire, que, como tantas otras estuvo represaliada por el franquismo y paso dos años en la cárcel.

Leído el auto judicial que anula la decisión de quitar la calle de Millan Astray, se queda uno con esa sensación de rabia e impotencia que da ver un nuevo despropósito judicial. La audiencia madrileña asegura que "no se ha probado de forma inequívoca la participación del citado general en el golpe de 1936". Todo el mundo, menos los jueces y juezas a lo que parece, sabe que este general, fundador de la Legión, afirmaba sin recatos que la victoria fascista era merecida y formó parte de la élite franquista.

Amparada en esta "motivada" sentencia las derechas  madrileñas, las extremas y las ultras, han aprovechado el verano para retirar de una calle madrileña a una maestra y pedagoga y cambiarla por un general franquista.

Seguiremos reclamando Memoria, Verdad, Justicia y Reparación.