Adolfo Barrena Salces.- Hace unos días, lo recogí en una entrada hace unos días, el líder pepero decía, en el Congreso, que la "guerra civil fue el enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia”.
Banalizaba, además de demostrar su supina ignorancia, con un golpe fascista que intentó derrocar el Gobierno legítimo de la II República y, al no conseguirlo, provocó una guerra civil que acabó instaurando una dictadura.
Ayer, el alcalde de Madrid, ese que quiere poner un monumento a la legión, el que quita versos de Miguel Hernández, que es el portavoz nacional del PP volvió a dar una muestra palpable, e insultante, de lo que les gusta blanquear al franquismo.
Dijo, nada más y nada menos, que "había que reconocer que en el franquismo había cierto ordenamiento jurídico".
Ese "ordenamiento jurídico" es el que "legitimó" decenas de miles de asesinatos y permitía la tortura en cárceles y dependencias policiales.
En base a la "legalidad franquista" se creó el TOP (Tribunal de Orden Público) que tuvo como misión la represión de las conductas que, bajo ese régimen dictatorial eran consideradas delitos políticos (imagínense lo que un régimen fascista consideraba "delitos políticos").
Ese "ordenamiento jurídico franquista" tenía, como brazo ejecutor, a la Brigada Político Social que fue la policía política secreta del franquismo, asesorada por la Gestapo nazi, encargada de perseguir y reprimir a todos los movimientos de la oposición.
Tan solo tiene razón en una cosa este portavoz pepero. El franquismo, como todos los regímenes fascistas, dictatoriales y antidemocráticos, tuvo un "cierto ordenamiento jurídico".
Eso sí, no pasa el filtro de apoyarse en leyes democráticas y está concebido para dar un "barniz legal" a la represión. Está precisamente para servir a la dictadura, no para hacer justicia.
Bueno, queridos, esto es lo que tenemos en este país. Gentes que no solo no condenan el franquismo, sino que le blanquean y, en ocasiones, le toman como modelo.