Adolfo Barrena Salces.- Es un dicho popular que se utiliza para expresar la conjunción de dos factores o circunstancias, ninguna favorable, que juntas agravan la situación.
Pues eso es lo que ha pasado con esto del fin del estado de alarma, que no el fin de la pandemia.
Había necesidad de "salvar" temporadas turísticas y de recuperar sectores económicos. La gente, al menos eso dicen los que celebran con botellones la llegada de la "libertad", tenían ganas de darse vida.
Por el medio se cruza una indecente campaña electoral basada en aquello de "aquí puede hacerse lo que te da la gana" y, para desgracia de esas buenas gentes madrileñas que no ha votado ese desmadre pero que lo va a soportar, resulta que arrasa el mensaje.
Se llega al gobierno de una comunidad defendiendo el consumo, el jolgorio, las cañas y el ir de marcha aunque se arrase la sanidad y la educación, aunque no haya presupuesto para atender las necesidades sociales. Se llega al gobierno después de haber sido quien peor ha gestionado la pandemia al grito de "haz lo que quieras". Luego vienen estas cosas.
Añadan a ello que, para desgracia de todas y todos nosotras y nosotros se vuelve a hacer realidad aquel proverbio de Machado que afirma que en este país, de cada 10 cabezas 9 embisten y una piensa y quizá empiecen a comprender lo que se ha visto, oído y bebido en esta primera noche de "libertad".
Ya sé que viviremos el falso debate de si es el Gobierno el que tenía que mantener el estado de alarma (no voy a recordar el cinismo de quienes decían hace 6 meses lo contrario de lo que dicen ahora) o si son las Comunidades Autónomas (tienen competencias y posibilidades, otra cosa es la bendita judicatura).
Pero hay algo que sería conveniente, y necesario, asumir. Hay una parte importante de la ciudadanía de este país que es insolidaria e irresponsable.
A estas alturas de la película díganme si no hay información y elementos suficientes para que todo el mundo sepa lo que hay que hay que hacer mientras no se haya ido el puñetero bicho, mientras no se haya vacunado a ese 70% de la población que han fijado como objetivo las recomendaciones sanitarias.
Pero vamos, así estamos. Lo dicho, sigan cuidándose mucho porque la pandemia, la del virus, sigue pero junto a ella sigue la otra, la de la irresponsabilidad, y para esta no hay vacuna.