Adolfo Serrano Salces.- Se está imponiendo en el debate público aquello de salvar la navidad. Nos ponen el cebo de confinarnos este puente largo que viene y así salvaremos la navidad.
La primera cuestión a resolver es si somos conscientes de que, sin la vacuna y con el sistema sanitario a punto del colapso, abrir la mano para salvar la navidad puede significar, como ya ocurrió con lo de salvar el verano, la tercera ola de la pandemia, aumento de la curva de contagios, aumento de la mortalidad, desborde del sistema sanitario y vuelta a los cierres y confinamientos. No se si alguien ha hecho las cuentas de lo que nos ha costado a todas y todos la segunda ola de la pandemia, en costes laborales, sanitarios, vidas y en dinero público. Me temo que no y no estaría de más que pusiéramos estos datos en el debate.
La segunda es que tengo mis dudas con lo que realmente se quiere salvar. Me dicen que es que así, al menos, podremos juntarnos las familias a cenar, cantar villancicos y darnos los regalos. Pero a mi, que en lo que a edad se refiere, ya voy por el prefijo 7, me suena más a que lo que de verdad se quiere salvar es a los grandes centros comerciales, a las estaciones de esquí (si hay nieve) y los centros del consumo que son los hipercores, alcampos, corteingleses y demás.
Bueno, aquí dejo estas reflexiones y que cada cual saque las suyas, pero saquen las que saquen, sean responsables y sigan cuidándose porque tengo la sensación de que el puñetero bicho está encantado con eso de la navidad.