Habla suave y se le entiende bien. Un estilo que prende de su trayectoria en la docencia, que dará relieve a su liderazgo al frente de Izquierda Unida, en un contexto tan acelerado, delicado e intenso
Noticias Navarra. 28.07.2024.- Antonio Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966) está viviendo un verano diferente como nuevo coordinador federal de Izquierda Unida. Ha dejado atrás su vida de docente para poder centrarse en sus nuevas responsabilidades. Amable y buen comunicador, va dejando pistas y cargas de profundidad sobre su idea de un proyecto integrador, pero crítico con la anterior estrategia. “La política, como la vida, es una lección de humildad”, afirma este nuevo protagonista político que “reivindica los matices”.
Está tomando el pulso a la organización en un contexto complicado donde la política va rapidísimo.
Con un cambio de vida radical, porque he pasado de estar dando clase en un instituto público de Sevilla, a la política del Estado. El momento es convulso con agitación permanente. Uno de mis objetivos es introducir cierta calma, para que no nos consuma el susto o muerte diario que parece la política española. Apelar a una cierta sensatez frente a una hiperventilación en Madrid, que en modo alguno representa la pluralidad de nuestro país.
¿Se muda a Madrid?
Voy a seguir viviendo en Sevilla, moviéndome por todo el país. Tengo intención de ir a Navarra en septiembre u octubre. Iré a Madrid cuando tenga agenda, pero también se trata de transmitir que todo no está allí; nuestro país es mucho más diverso y plural, con muchos más matices de lo que nos pretenden representar en la corte madrileña.
¿Qué puede aportar su liderazgo a la organización?
Hemos hecho una reflexión colectiva de meses, un ejemplo de buena política, participada por miles de militantes. Creo que es una lección frente a cierta política vaporosa que se ha podido percibir en estos últimos tiempos. La aportación de IU es la de introducir cimientos sólidos en la conformación de proyectos a la izquierda del PSOE. Nuestra capilaridad y despliegue en todo el territorio puede ayudar, porque ese espacio del que formamos parte quizás ha estado muy sometido a fórmulas efímeras, pues han adolecido de círculos territoriales. El caso de Contigo-Zurekin es un ejemplo de visión de futuro. Me ofrezco a contribuir a una solidez y a reencontrarse con quienes haya habido desencuentro y a reconciliarse con quienes se haya producido ruptura.
La paradoja es que Contigo-Zurekin está pilotado por alguien de Podemos, formación que salió de Sumar. ¿No faltó consistencia al lanzar las campanas al vuelo sobre el liderazgo de Yolanda Díaz?
Se trata de construir un espacio que no esté condicionado por las personalidades fulgurantes de cada momento, sino asentado sobre realidades en las que participe mucha gente. Esa es la clave para que un proyecto no sea efímero. El ciclo que hemos terminado con las elecciones europeas, que ha durado de 2014 a 2024, va ser sustituido por uno donde el arraigo al territorio va a tener un papel fundamental frente a la concentración en torno a figuras fuertes, pero que sin asentamiento por abajo no duran. Se habla del Nuevo Frente Popular en Francia, pero en España ya desarrollamos esa actuación cuando el 23J contuvimos lo que parecía irreversible. La ley electoral castiga mucho la fragmentación. La política trata de gestionar la realidad, no situaciones ideales.
Aspira a más protagonismo de IU.
Absolutamente.
¿El proyecto puede carburar sin Podemos? ¿Es recuperable para esa unidad?
Necesitamos algo tan humano como el tiempo, voluntad de todas las partes de bajar el diapasón, y tener proyecto de país y espíritu de servicio al país. No olvidarnos de por qué estamos aquí como dirigentes, no para satisfacer nuestras vanidades, sino para ser instrumentos útiles para la gente. Y si hay altura de miras, creo que podremos llegar a un encuentro. Es nuestra aspiración.
El acoso y derribo de la derecha lleva a Sumar a cerrar filas con el PSOE y Podemos lo critica.
La derecha empezó a intentar derribar al Gobierno al día siguiente de constituirse. No lo ha conseguido y creo que no lo va a conseguir, sinceramente. La minoría en las Cortes obliga a la negociación permanente multilateral. A veces sale y otras no. Lamento que las derechas rechazaran modificar la ley de Extranjería; aunque se envuelvan en lo que quieran, lo de Junts, Vox y PP no es más que racismo, clasismo y falta de humanidad ante niños y niñas migrantes que están solos. La atención a las personas más vulnerables convierte un país en decente o indecente.
Junts ha votado no a los objetivos de estabilidad presupuestaria. Pende la duda sobre la legislatura. Amnistía pendiente, posible detención de Puigdemont... muchas minas.
Pero si Junts hace una lectura adecuada se dará cuenta de que las minas vienen de aquellos con los que se alía en votaciones, y de todo el sistema judicial, mediático y económico que intenta poner palos en las ruedas al reencuentro en nuestro país. El ‘procés’ ha acabado aunque Junts teorice que no, situándose fuera de la realidad. Tiene un riesgo de irrelevancia. El problema de no hacer la lectura acertada es que el daño puede ser irreversible, también para Junts. Hay una especie de reacción de celos ante lo que parece un buen acuerdo en Catalunya, donde existe una mayoría de izquierdas, que puede pergeñar un Gobierno que se necesita ante un deterioro de los servicios públicos a niveles impensables. Junts tendrá que decidir qué quiere ser de mayor. Si estar aliado con aquellos que provocaron la situación que empujó a un exilio injusto a Puigdemont, a Comín o a otros dirigentes de Junts y de ERC.
Usted llama a la izquierda a no caer en el narcisismo.
Está instalado en la sociedad, donde la gente piensa que el individualismo te puede salvar. Aparte de estar fuera de la realidad, es una escala de valores que supondría la desaparición de la izquierda de la batalla cultural y civilizatoria de lo que somos. También en la izquierda hay egocentrismo. Los dirigentes deberíamos cultivar más lo común, y no sentirnos tan imprescindibles, porque además no lo somos.
¿Qué le ha parecido la citación para que declare Pedro Sánchez y todo lo que está arrastrando este caso?
Es un evidente uso espurio de la justicia con fines políticos. Es tan descarado que ofrece una reflexión: ¿Qué más señales necesita el Partido Socialista para darse cuenta de que hace falta una reforma profunda, en clave democrática, del Poder Judicial, mucho más audaz? Es un error haber pactado solamente con el Partido Popular la ley orgánica del Poder Judicial y no en combinación con todos los grupos parlamentarios del pacto de investidura. La derecha judicial y política no va a cejar por muchos acuerdos que se hagan. Y creo que la lección está en que el carácter timorato de la reforma del PSOE tiene como respuesta que esa derecha no se va a bajar de su estrategia de acoso y derribo a este Gobierno.
La derecha ha podido encontrar en esa carta a la ciudadanía la grieta donde quebrar a Sánchez.
La derecha va a buscar todas las grietas posibles, pero toda esa hiperventilación permanente le puede llevar al mismo fracaso que en la anterior legislatura. Piensan que así pueden desgastar al Gobierno, pero también hay en esa sobreactuación mucho miedo al debate que teme Feijóo, sobre su incompetencia para asumir alguna vez la presidencia. Creo que hay sectores económicos y políticos con muchas dudas crecientes sobre su capacidad para dirigir eventualmente un Gobierno. La estrategia del PP suena a huida hacia delante para que no se aborden las propias carencias que está evidenciando Feijóo, que no tiene altura para dirigir este país.
Se enfoca a Ayuso como alternativa, y se olvida a Moreno Bonilla.
Tengo buena relación con él...
Más allá de las discrepancias políticas, él demuestra otro estilo.
Sin duda, pero debajo de esa mayor corrección formal que Ayuso, en términos políticos relevantes hay pocas diferencias, porque Moreno Bonilla está llevando a cabo un desmantelamiento de la sanidad pública sin precedentes, que creo que va a ser su gran talón de Aquiles, y creando como churros universidades privadas que no tienen el mínimo aval de solvencia investigadora docente. Ayuso ahora mismo está débil por el asunto de su novio y por la pasada de frenada de la invitación a Milei. Pero el problema es Feijóo y su huida hacia delante permanente, sin proyecto de país.
¿En qué se parece y se diferencia Antonio Maíllo de la figura histórica Julio Anguita?
Pertenecemos a momentos históricos muy diferentes, yo era un jovencito de 19 años que militaba en IU por él. Es un referente, que nos ha marcado a muchas personas. No respondemos al mismo marco histórico, pero formamos parte de una misma tradición y cultura política.
Cultura comunista...
Sin duda, y a mucha honra (se ríe).
Le tocará explicar qué es el comunismo y qué puede aportar en este tiempo.
Soy filólogo, profesor de latín, y me gusta mucho el origen de las palabras, y el del comunismo es precioso: buscar lo común. Los católicos hacen un acto de comunión con la misma raíz que quienes somos comunistas y desarrollamos una actividad política buscando el bien común. Creo que el comunismo en el siglo XXI es una explicación emancipatoria del ser humano que aspira a la igualdad y a la dignidad de las personas desde la irrenunciable voluntad de lucha por una sociedad justa. Es un motor por el que vale la pena luchar, en esa especie de dicotomía contra el capitalismo donde el centro del sistema es el dinero. Fíjese qué cosa más alejada del ser humano. Yo reivindico otra figura mitológica, Prometeo, ese titán que busca el bien común y la liberación de la especie humana. En esa aspiración de servicio público y ayuda a quienes más lo necesitan, nos situamos con mucho orgullo como comunistas.
IU apoya a Sánchez, que en materias como secretos oficiales o ‘ley mordaza’ presenta un balance endeble. ¿Cuál es la posición sobre su calado ideológico respecto a González o Zapatero?
En política son muy importantes los tiempos y los hechos. Todos hemos evolucionado. El Partido Socialista de ahora no tiene nada que ver con el de Felipe González e incluso con el de Zapatero, aunque se puede sentir más fraternal con esa línea. En nuestra organización también hemos aprendido algo fundamental, atender a la voluntad popular. La política consiste en traducir y desarrollar al máximo esa expresión. Decidimos entrar en el Gobierno con otras organizaciones, y creo que ha sido un acierto situar ahí el eje de tensión política. Estamos dispuestos a remangarnos, a asumir las contradicciones que supone estar en el Ejecutivo, pero para mejorar las condiciones de vida de la gente. No somos la parte mayoritaria de esa coalición, eso condiciona mucho y genera muchas contradicciones e insatisfacciones. Pero para ser la voz cantante también necesitamos más apoyo electoral. Nos sentimos insatisfechos con la ralentización de la derogación de la ‘ley mordaza’. No podemos acabar la legislatura sin derogarla o desinflarla de sus aspectos más punitivos. El mayor daño es en artículos del Código Penal que están castigando la movilización, el derecho a la libertad de expresión y a la huelga, que pueden llevar a un desistimiento a muchos trabajadores y trabajadoras. Hay que impulsar reformas que sin movilización el Gobierno no las hace.
¿Por ejemplo?
La declaración del Estado palestino por el Gobierno habría sido impensable si no hubiéramos estado en el Ejecutivo, y sin una amplia movilización. Tenemos que atender los impulsos y estímulos que nos vienen de la sociedad para interpretarlos bien y no situarnos en un dogma inamovible. De Sánchez conozco sus hechos, he visto una evolución. Ojalá que a través de experiencias personales muy dolorosas como las que está pasando haya una reflexión política de cómo la única solución para modificar el statu quo actual es haciendo reformas más profundas y no dando señales de pacto con quienes no van a parar, sino que utilizarán todos los resortes del Estado para destrozar al Ejecutivo.
Llama la atención el apoyo en la derecha al genocidio israelí.
En la derecha española se está produciendo una especie de contorsionismo. De tener simpatía hacia la causa palestina, está modificando sus preferencias en favor del sionismo como expresión del supremacismo que ahora atraviesa al gobierno israelí. En ese cambio histórico creo que están perdiendo la voz de la calle ante el genocidio israelí, incluso de sectores conservadores. Pero en la reorganización de la derecha y del bloque reaccionario en el mundo, el sionismo empieza a ser un elemento identitario.
Supongo que la sustitución de Joe Biden por Kamala Harris no le genera entusiasmos o ni frío ni calor.
El sistema norteamericano a ojos del progresista europea es un poco obsceno. Si observa, el valor de proyección de la nueva candidata se rige por los millones de dólares recaudados. Es un Estado plutocrático, donde el dinero marca las posibilidades de los candidatos, como inversión que vuelve en forma de políticas beneficiosas para los sectores financiadores. Desde el rechazo a ese sistema, es evidente que no es lo mismo Kamala Harris que Trump. Tengo amigos norteamericanos progresistas con mayor o menor atracción por los candidatos demócratas, pero les espanta absolutamente el neofascismo y el autoritarismo de Trump, cuyo proyecto es de desmantelamiento de la democracia tal y como la entendemos. Por tanto no deseo la victoria de Trump de ninguna de las maneras, y creo que no está tan claro que vaya a ganar.
“Hay que ser pedagógico y didáctico para seducir a la gente”
Dice Maíllo que prefiere hablar “de espacio a la izquierda” del PSOE que de Sumar, “porque lo conformamos muchas organizaciones y ahora mismo Sumar es un partido más dentro”.
De cara al inicio del próximo curso político ¿hay prevista alguna reunión con Yolanda Díaz y su círculo de confianza para diseñar una estrategia adaptada a las nuevas circunstancias?
Nosotros decimos públicamente lo que decimos en privado. Queremos un método democrático en la toma de decisiones, y eso significa que todos participemos en las mismas. Por tanto, la época de una decisión en un pequeño círculo, que no tenía ninguna base, se ha superado. Nosotros a lo que contribuimos, nos da igual el formato, es que se trabaje conjuntamente. El debate de los Presupuestos Generales del Estado puede ser una oportunidad para afrontar ese método que reclama Izquierda Unida, para tomar decisiones políticas con visión de país, y en la que todas las partes nos sintamos partícipes y cómplices de las decisiones que se tomen. Yo celebro las reuniones de coordinación que se están desarrollando para hacer un buen papel en ese debate presupuestario, que tiene mucho de servicio a la sociedad, porque es donde se traducirán las medidas y las prioridades políticas para 2025. Celebro que la gente se ponga a trabajar en lo concreto y sobre eso establecer mecanismos que normalice la codecisión de todas las partes que conformamos ahora mismo el Grupo Parlamentario Sumar.
¿Entre un estilo enfadado, antipático, que genera rechazo o distancia en sectores, y un estilo excesivamente almibarado, dónde debe situarse un dirigente?
En la proporcionalidad. Creo que las formas son importantes, pero nos tenemos que situar en esa proporcionalidad. No podemos estar sometidos a un enfado permanente, porque la vida no es así. Ni tampoco todos los días podemos estar situados en una especie de modelo Nancy de vida Disney, porque tampoco la vida es así. Pienso que hay que actuar en política en el matiz, en la proporcionalidad en función de lo que se hable, en la pedagogía como método de explicación y transmisión a la gente la razón por la que tomamos determinadas posiciones, y en una frase de Julio Anguita, hacerlo “desde el poder amable de la razón”. Si uno siente que tiene razón, no por eso tienes que ser un crispado ni insultante, sino ser pedagógico y didáctico en las propuestas para seducir a la gente. Porque se trata de persuadirla y de que se sienta identificada contigo. A eso aspiro.
Fuente: https://www.noticiasdenavarra.com/politica/2024/07/27/ofrezco-contribuir-solidez-reencuentro-reconciliacion-8524206.html