“El sobredimensionamiento fue tal que en 2010 la Comunidad Autónoma ¡llegó a contar con 102 entes distintos! (31 consorcios, 23 fundaciones, 26 sociedades mercantiles... ). ¡Ojo! No eran empresas públicas genuinas, sino meras sociedades interpuestas para catapultar el dinero bien lejos del estricto e inflexible ámbito del derecho Administrativo y Presupuestario...

La crisis de 2008 y 2012 obligó a suprimir buena parte de esos entes, pero la cultura clientelar se ha mantenido.”

EquipoTuareg. 06/05/23.- José Francisco es, además de amigo, profesor de Economía de Secundaria, articulista prolijo y meticulosamente documentado y conocedor de los entresijos de la economía política regional. Nos comenta que se encuentra un poco apartado de lo que sucede, del día a día de las cosas, pero lo que nos dice revela que no. En esta entrevista nos propone dos cuestiones básicas para nuestra región: un método de análisis del gran problema que tiene esta tierra, el valcarcismo, y líneas estratégicas para su superación dadas las circunstancias materiales, y no sólo económicas, de las que partimos para esa necesaria transformación. Con razón se ha matriculado en Filosofía en la UNED y con razón lo quieren sus alumnos, según llega a nuestros oídos.

Nos encontramos en una región con un largo ciclo de dominio de la derecha que ésta ha aprovechado para montar no sólo una estructura de poder sino también un sistema económico sobre el que apoyarse. Cuando hablamos de “valcarcismo” es a ese modelo político económico a lo que nos referimos y sobre el cual queremos iniciar esta conversación. Según usted, ¿cómo definiría el sistema económico que se ha implantado durante el “valcarcismo”?

Cabe recordar que la victoria del PP en las elecciones autonómicas y municipales de 1995 no fue específica de la Región de Murcia, sino que se produjo un vuelco electoral en el conjunto del país en respuesta a la incapacidad del PSOE felipista de resolver la crisis económica y escapar a la espiral de casos de corrupción que lo acorralaban. Sin embargo en la Región de Murcia, esa victoria adquirió unas especificidades que cabe destacar porque van a marcar el adn de la política y la economía murciana prácticamente hasta el día de hoy.

Sospecho que desde el primer momento la derecha murciana se planteó que había que sentar las bases para que la victoria en 1995 fuera un giro histórico. Se les había aparecido la virgen...y eso no pasa dos veces. No podían desaprovechar esa “ventana de oportunidad”. Así que, a pesar de las promesas de regeneración democrática que el PP sembró por doquier en 1995, realmente se embarcó en un proceso de empobrecimiento institucional mediante la extensión de las redes clientelares.

La herramienta central para el proyecto valcarcista fue el mantenimiento de una Ley Electoral antidemocrática que fraccionaba el voto en circunscripciones, a pesar de ser esta una región territorial y demográficamente pequeña. A partir de ahí se limitaba la pluralidad de la Asamblea Regional y se forzaban mayorías absolutas que poco tenían que ver con el voto real depositado en las urnas.

A partir de ahí, las condiciones estaban creadas para crear una red clientelar con nefastas consecuencias para el correcto funcionamiento de la economía. De hecho las consecuencias han sido nefastas: muchos desequilibrios y errores de política económica se podrían haber corregido con un parlamento fuerte y plural que no estuviese al servicio de un gobierno regional sesgadamente monocolor.

“Otra estrategia típica del valcarcismo fue la creación de una densa red de empresas y organismos autónomos dependientes de la Comunidad Autónoma.”

¿Cuáles son los fundamentos económicos de dicho régimen socioeconómico?

Lo primero que hizo el valcarcismo fue poner la Región al servicio de los experimentos neoliberales según las modas de los años 90 y 2000. Se introdujo el sistema de “peaje en sombra” para financiar la Autovía del Noroeste, un sistema oneroso y de escasa transparencia, absolutamente ajeno a la tradición española en materia de contratación y financiación de obra pública. Se realizaron obras absurdas o mal planteadas, lo que en Hacienda Pública se denomina “Elefantes Blancos”: proyectos pensados más para beneficiar a quien los promueve-diseña-construye que a sus destinatarios finales (los ciudadanos). Y ahí están el Aeropuerto de Corvera, la Desalinizadora de Escombreras, la Autovía Cartagena-Vera… Son proyectos que dejan un peso enorme sobre el presupuesto regional y que impiden financiar adecuadamente servicios públicos de primer orden. Si me permite darle un dato, por culpa de proyectos como ese hoy la Región de Murcia es la cuarta Comunidad Autónoma más endeudada, con un nivel de deuda equivalente al 32´2% del PIB.

Quizá para muchos ciudadanos sea difícil hacerse una idea de lo que realmente supone esta suma de decisiones ineficaces. Le daré otro dato: cuando el PP llegó al poder la deuda autonómica equivalía a 492 € por habitante, hoy son ya 7.442 €. Y no tiene visos de corregirse. Desde luego las rebajas fiscales a los ricos no ayudan en nada: la competencia fiscal entre Comunidades Autónomas sólo sirve para que acaben pagando poco o nada.

Otra estrategia típica del valcarcismo fue la creación de una densa red de empresas y organismos autónomos dependientes de la Comunidad Autónoma. Fue un fenómeno realmente extravagante porque ¿qué se podía esperar a priori de un gobierno conservador?: privatizaciones, adelgazamiento de la Administración… Pero no: optaron por privatizar el presupuesto haciendo que buena parte de los recursos fueran administrados por una red de empresas y organismos muy opacos. Un ejemplo: en vez de convocar oposiciones para que los funcionarios presten un determinado servicio...se crea una empresa pública absolutamente vacía de contenido que a su vez adjudica a una empresa privada un contrato para la prestación de ese servicio. Obviamente se establece una situación de dependencia clientelar: en vez de funcionarios públicos independientes tiene una red de trabajadores cuyo acceso al empleo depende de los contactos de su empleador con los altos mandos del gobierno regional… es lo que se denomina “huida del Derecho Administrativo”… No fue un comportamiento marginal. El sobredimensionamiento fue tal que en 2010 la Comunidad Autónoma ¡llegó a contar con 102 entes distintos! (31 consorcios, 23 fundaciones, 26 sociedades mercantiles... ). ¡Ojo! No eran empresas públicas genuinas, sino meras sociedades interpuestas para catapultar el dinero bien lejos del estricto e inflexible ámbito del derecho Administrativo y Presupuestario...

La crisis de 2008 y 2012 obligó a suprimir buena parte de esos entes, pero la cultura clientelar se ha mantenido: subvencionar centros concertados en vez de crear plazas escolares públicas o subcontratar a clínicas y hospitales privados servicio médicos y pruebas diagnósticas es más de lo mismo: huida del derecho administrativo y creación de red clientelar… Porque hay que entender que se genera una situación de dependencia y miedo a que un eventual cambio de gobierno suponga pérdida de empleo para el trabajador que legítimamente desempeña su puesto de trabajo en un centro concertado pero que, en condiciones normales, podría acceder (pero no lo sabe) a un puesto de empleado público.

“Un dato: cuando dichos centros comerciales (Thader, Nueva Condomina) se inauguraron había en la región 15.835 pequeños comercios (de menos de 10 trabajadores): se han perdido 2.267 un 14%. Y la sangría no cesa.”

Tampoco se puede pasar por alto el desprecio hacia el pequeño tejido industrial y comercial en beneficio de los oligopolio y las familias de gran patrimonio. Frente al discurso absolutamente populista de defensa del trabajador autónomo, de la pequeña empresa, el valcarcismo ha destacado por la promoción de los grandes negocios: ahí están los centros comerciales que tanto daño han hecho al pequeño comercio y que incluso han distorsionado el tráfico y el urbanismo en la ciudad de Murcia (Thader, Nueva Condomina). Un dato: cuando dichos centros comerciales se inauguraron había en la región 15.835 pequeños comercios (de menos de 10 trabajadores): se han perdido 2.267 un 14%. Y la sangría no cesa.

Por supuesto las cosas podrían haber sido de otra manera: además del presupuesto regional la Comunidad Autónoma disponía de una herramienta privilegiada para financiar el desarrollo productivo regional. Me refiero a Cajamurcia, la caja de ahorros creada con dinero público por la antigua Diputación Provincial (él germen de la actual Comunidad Autónoma).  Pero la Comunidad Autónoma permitió que Cajamurcia se embarcara en la burbuja inmobiliaria y desatendiera la necesaria industrialización de la región. La burbuja pinchó, hubo que rescatar Cajamurcia y ahora la exclusión financiera cunde por doquier: no hay sucursales y en las las pocas que hay escasea el personal.

¿Cómo se ha construido el valcarcismo? “Como en la célebre película del Woody Allen “Coge el dinero y corre…”

¿Cómo se ha construido?

Todo lo anterior no habría sido posible sin añadir un ingrediente “cateto–depredador”. En estas dos décadas se ha dejado crecer aquellas actividades netamente depredadoras esto es, que tomaban del medio ambiente o medio humano algún elemento hasta dejarlo exhausto: lo vemos en el caso del Mar Menor, lo vemos en la explotación salvaje de los inmigrantes, en la proliferación de tomas ilegales de agua, en la proliferación de plantaciones en territorios del interior que por condiciones de regadío le eran absolutamente ajenos. Como en la célebre película del Woody Allen “Coge el dinero y corre”…

Ahí ha jugado un papel central la “política de vista gorda”. Votar a la derecha significaba obtener el compromiso de que, a pesar de existir leyes severas en materia de protección medioambiental y laboral, los engranajes de la Administración permanecerán convenientemente anestesiados para que nada interfiriera en la lucrativa  labor de quienes contaminan el Mar Menor o explotaban a los inmigrantes. Y sospecho que otro tanto esperan quienes esperan enriquecerse sobrecargando nuestro territorio de macrogranjas porcinas. Los datos cantan: en 1998, pocos años después del primer triunfo electoral del PP el sector porcino sumó unas ventas de 146 millones de euros, en 2010 ascendía ya a 428 millones de euros y, a día de hoy, estamos en 738 millones: esta hipertrofia del sector porcino favorecida por el gobierno regional sólo puede sostenerse extenuando el territorio como en su momento a actividad agrícola y urbanística hicieron con el Mar Menor. Y curiosamente se produce de las manos de un oligopolio: la misma empresa familiar que en 1998 concentraba en sus manos el 25´4% del mercado hoy concentra el 49’9%.

Pero claro, todo este modelo de silencio administrativo, “vista gorda” y en definitiva “pax contaminante”empieza a resquebrajarse cuando el Gobierno de la nación cambia en 2018 y la Confederación Hidrográfica del Segura deja de saca de la hibernación los expedientes sobre extracciones y vertidos ilegales…el gobierno regional ya no puede garantizar la “pax contaminante”, el contrato tácito con esa mayoría social conservadora se rompe y en las elecciones de 2019 pierde la mayoría absoluta...

“No hay un plan para industrializar la Región de Murcia y en tales condiciones es muy difícil cerrar la enorme brecha de renta que nos separa del conjunto del país.”

¿Cuáles son los principales problemas y deficiencias que el modelo económico de la derecha ha dejado en la región?

El principal problema es que vivimos en un proceso de desindustrialización permanente: todo el mundo sabe que en este territorio solo pueden prosperar las cuatro familias de siempre que detentan los oligopolio del negocio inmobiliario, la industria cárnica y el sector porcino. Simplemente no hay un plan para industrializar la Región de Murcia y en tales condiciones es muy difícil cerrar la enorme brecha de renta que nos separa del conjunto del país. Es una realidad que se ha cronificado: mientras el PIB per capita de España es de 25.498 euros, el de Murcia es un 16´7% inferior (21.236 €). En un momento en que toda Europa reflexiona sobre los excesos de la deslocalización empresarial es bueno repensar qué industrias podemos atraer.

“Se requiere que su aplicación (de los fondos Next Generation) se oriente a modernizar la estructura productiva de la región. Eso sólo es posible si se configura una Asamblea Regional radicalmente democrática de la Asamblea Regional que fiscalice el proceso y si se pone fin a las prácticas clientelares.”

Y por último, tres cuestiones de cara a construir una alternativa sostenible al modelo de la derecha. Uno. ¿En qué elementos estructurales se debería fundamentar la alternativa de la izquierda transformadora para dar una respuesta a la situación actual?

Dos. ¿Cuáles serían los principales ejes propositivos de un modelo de región basado en un desarrollo eco/socio/económicamente sostenible?

Y tres. ¿Cuáles serían los problemas económicos que, por su inmediatez/necesidad/gravedad, tendría que abordar primero la izquierda transformadora, caso de llegar al gobierno regional?

Sin ánimo de exhaustividad las tareas inmediatas pasan por lograr la mayor afluencia de fondos NextGeneration pero evitando, que como en ocasiones anteriores, buena parte de ellos se filtren a manos de buscadores de rentas que no aportan valor añadido (caso Desalinizadora de Escombreras o el Aeropuerto de Corvera). Y no solo es imprescindible maximizar su volumen: se requiere que su aplicación se orienta a modernizar la estructura productiva de la región. Eso sólo es posible si se configura una Asamblea Regional radicalmente democrática que fiscalice el proceso y si se pone fin a las prácticas clientelares.

Urge un Plan de Salvaguardia de los Servicios Públicos: desde 1995 la población regional ha crecido en más de 423.000 habitantes pero las infraestructuras y la dotación de personal no ha crecido al mismo ritmo. Sirva como botón de muestra: en 1995 había 2,49 camas en hospitales públicos por cada 1.000 habitantes, hoy sólo hay 2,24. Eso se traduce en listas de espera crecientes para atención primaria, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas.

La economía sumergida es una herida sangrante y un estigma vergonzoso: según diversas estimaciones en torno a un 22% de la renta regional se produce al margen de la legalidad tributaria, lo que supone una pérdida de ingresos de más de 2.700 millones de euros para las diversas Administraciones Públicas.

Ese cáncer socava la financiación de los servicios públicos  pero claro… si el compromiso para atajarlo va a ser tan escurridizo como con el Mar Menor…

Y es urgente cerrar las numerosas brechas sociales que amenazan el bienestar social de amplias capas de la población: el azote inflacionista ha sido especialmente grave en nuestra región, y a pesar de ser un territorio que se ufana de producir alimentos, los salarios reales cayeron un 5,3% en 2022. Ello, unido al desempleo y a los últimos latigazos del COVID ha provocado que según el INE la tasa de pobreza en Murcia sea del 26%, 6 puntos por encima de la media nacional.

Quisiera terminar diciendo que llevo muchos años dedicándome a la enseñanza y vuelvo a ver en muchos de mis alumnos la misma sensación de desorientación de los años de crisis 2008, 2009, 2010…como si este país y esta región no tuviese un plan para ellos. Desempleo, salarios miserables y viviendas a precios prohibitivos. Creo que no tenemos derecho a volver a hacerle a esta generación lo que le hicimos a aquella. Pero si gobiernan los mismos no veo otra perspectiva. Confío en que un soplo de aire progresista traiga nuevas gentes y nuevas ideas.