Recién jubilado en la Politécnica de Madrid continúa su labor docente en Guatemala, en la pública de San Carlos y en la privada Rafael Landívar.

Premio Nacional de Medio Ambiente, ingeniero, periodista, ecologista. En marzo del año pasado un grupo de aguileños presentó la solicitud para nombrarle hijo adoptivo de Águilas. « Igual se lo están pensando». Pedro Costa Morata es un incombustible ecologista convencido. Reién jubilado en la Politécnica de Madrid continúa su labor docente en Guatemala, en la pública de San Carlos y en la privada Rafael Landívar.

PACO HERNÁNDEZ / La Opinión de Murcia ­­­ Recién jubilado de la Politécnica de Madrid, le acaban de encargar la introducción del Medio Ambiente en cuarenta carreras de la Universidad Privada Rafael Landívar de Guatemala y colabora desde hace 5 años con la pública de San Carlos en el mismo país, donde ha dirigido 18 tesis doctorales. Ingeniero de Telecomunicaciones con vocación política (es doctor en Ciencias Políticas) y periodista de carrera. «Las tres cosas fundidas en el activismo ecologista. No me gusta decir que soy de cada cosa por separado. Si tuviese que definirme diría que soy un agitador, es como mejor me siento». En marzo del año pasado un grupo de aguileños le propuso como hijo adoptivo de Águilas. «Me da la impresión de que se lo están pensando».

¿Cuándo decides ser activista ecológico? Si es que eso se decide.
Toda mi vida activa, desde los 26 años, he estado agitando cosas, personas y acontecimientos. Otra cosa es que haya conseguido resultados. Pero no actúo buscándolos. De Águilas llevo impreso el atavismo y el revulsivo que me transformó de pacífico ingeniero a peligroso antinuclear que fue la central de Cabo Cope en 1973.

¿Quedan hoy ecologistas como los de aquella época?
Sí, muchos y buenos, y más en esta Región, aunque yo siempre diré que los dos mejores son el GOB de Baleares y ARCA de Cantabria, que acaban de demoler 250 viviendas. Derribar es muy difícil: no se hace ni en 25 años y ellos lo han conseguido en diez. La verdadera oposición política permanente en los últimos 50 años ha sido la oposición ecologista, que además es generosa, no pide cargos, ni elecciones ni dinero. En Murcia también se ha luchado mucho pero ambientalmente la Región está hecha trizas. El subdesarrollo ambiental en la Región es profundo debido a las élites políticas analfabetas e ignorantes desde 1977.

¿Qué opinas sobre la polémica por la situación del Mar Menor?
Por activa o por pasiva somos culpables todos. Pero los que menos, los ecologistas, que han luchado, desde 1973 con la creación de ANSE, por la fauna de las salinas. Desde luego, sigue sin haber verdadera decisión política para actuar y siguen poniendo parches. Es escandalosa la sublevación de los agricultores y las reticencias urbanísticas de los municipios del entorno, a cuyos líderes les importa bien poco el Medio Ambiente. Soy pesimista y me indigna el plan socialista de los 80 de saneamiento integral del Mar Menor. Fue una tomadura de pelo más. Los problemas comenzaron con Tomás Maestre con la ampliación del Canal del Estacio, lo reprofundizó y ensanchó y transformó la física y la química de la albufera. El Mar Menor tendrá solución si hay voluntad política y medidas drásticas.

¿Y la situación política española actual?
Sería un escándalo llegar a unas terceras elecciones. Yo propongo la solución que sería a través de PSOE, con Podemos e IU y Ciudadanos con un programa concreto de emergencia de diez puntos. Estamos en emergencia. Después de tanto criticar a Rajoy, sería el colmo si no se alían para luchar contra él.