“Cartagena es una de las grandes olvidadas en los presupuestos regionales año tras año debido al importante centralismo que se ejerce desde el Gobierno regional del PP y sus socios tránsfugas”.
Equipo Tuareg. 11/06/22.- Aroha tiene el aire ateniense del que Cartagena está impresa. Luchadora, en el conflicto para aportar soluciones, creadora de democracia con la gente, la serenidad del objetivo claro y la militancia con la gente para construir sociedad. Aroha tiene Cartagena en el alma y en la cabeza. Cada palabra, cada idea de esta entrevista lo rezuman. Mira a los ojos y pregunta por qué se preocupa por el interlocutor. Sabe quién es, dónde está, qué hacer. Una foto vale más que mil palabras. Y cada palabra que nos dice es una foto. Lean, perdón, miren lo que viene a continuación: Aroha en imágenes.
Tras la gran crisis de la reconversión industrial de los años 90 que afectó a unas 500 empresas y destruyó 30.000 empleos, Cartagena orientó su actividad económica hacia el sector servicios y, dentro de él, al turismo que es el sector que más empleo genera, representando casi el 20% del PIB de la ciudad departamental. Sin embargo, los datos de paro registrado de marzo indican que el 69% del mismo corresponde a este sector. En su opinión, ¿cómo ha influido la pandemia en ese alto porcentaje de paro en servicios y cómo valora las medidas que se han tomado, si lo han hecho, desde el Gobierno municipal para paliarlo?
El modelo productivo que se ha desarrollado en nuestra comarca de Cartagena en los últimos años se ha asentado especialmente sobre el desarrollo del modelo turístico basado esencialmente en la expansión urbanística entorno al Mar Menor y el despegue del crucerismo en la ciudad de Cartagena. Se trata, por lo tanto, de un sector que está especialmente expuesto a la parcialidad, la temporalidad, la precariedad laboral y el fraude en la contratación.
Las medidas implementadas por el Gobierno municipal han ido encaminadas exclusivamente a la protección de los empresarios y empresarias sin que esto haya sido del todo efectivo puesto que hemos visto como un importante número de negocios se han visto forzados al cierre. Y, por otro lado, también ha tenido una repercusión sobre las propias condiciones laborales que han seguido condicionando a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las propias trabajadoras y trabajadores.
La pandemia y los efectos de las diferentes crisis sistémicas que sufrimos han venido a amplificar las problemáticas del sector vinculadas no sólo al desempleo sino también a la parcialidad y al fraude. Un ejemplo de ello es lo que señala un estudio reciente de CCOO y UGT que señala que la media de parcialidad de los encuestados es de 28,8 horas semanales, ascendiendo la media de horas reales trabajadas a más de 40 semanales. Mientras, el mismo estudio señala que un trabajador o trabajadora de nuestra región cobra anualmente 2.655 euros menos que una que lo haga en la provincia de Alicante.
“Las medidas implementadas por el Gobierno municipal han ido encaminadas exclusivamente a la protección de los empresarios y empresarias sin que esto haya sido del todo efectivo puesto que hemos visto como un importante número de negocios se han visto forzados al cierre.”
El otro sector de fuerte peso en la economía cartagenera es la agricultura, concretamente una agroindustria intensiva que ha generado enormes problemas medioambientales y a la que se señala como causa principal de la destrucción del ecosistema del Mar Menor. Además, se trata de un sector de bajos salarios y alta precariedad laboral que en el último mes precisó de 4.732 contratos de trabajo para mantener el mismo empleo y que se puede ver afectado fuertemente por la guerra de Ucrania y la inundación de verduras y hortalizas por parte de Turquía, Egipto y Marruecos del mercado europeo. ¿Cómo se contempla esta situación desde el consistorio?, ¿qué medidas y gestiones se están realizando para afrontar la situación?
Es obvio que nos encontramos ante un momento crucial. Por varios motivos, por la geopolítica y los mercados transnacionales que comentas pero, también, por el impacto del cambio climático en unos terrenos que están catalogados como de alta vulnerabilidad y la necesidad de promover industrias cada vez más sostenibles, por la cuestión del agua, su uso y racionalización en contextos de déficit hídrico y las condiciones cambiantes del trasvase Tajo-Segura, y también por la irreversible necesidad de reconvertir el modelo agrícola e, incluso, reducir la superficie de cultivo de las zonas limítrofes a la laguna salada. No olvidemos, en relación a esta última cuestión, que el origen mayoritario de los nitratos que terminan entrando al Mar Menor proviene del regadío extensivo.
Por mucho que haya plataformas como la Fundación Ingenio, compuesta por empresas y cooperativas agrícolas del campo de Cartagena, que intenten hacer un lavado de cara y eludir las responsabilidades del sector agrícola, lo cierto es que el uso intensivo de nitratos, la contaminación de plásticos de uso agrario, la insaciable avidez por lucrarse a toda costa, el monocultivo de grandes extensiones, la ausencia de periodos suficientes de descanso en la tierra, entre otras cuestiones, lo que están no es solo contaminando nuestro acuífero y el Mar Menor sino que también están empobreciendo nuestras tierras y comprometiendo nuestro futuro.
No se trata, ni mucho menos de abandonar la agricultura del campo de Cartagena. Se trata de poner fin a un modelo INSOSTENIBLE y fomentar, desde todas las instituciones (estatal, autonómica y local), planes y medidas concretas para fomentar la transición hacia una agricultura ecológica y medioambientalmente sostenible. Y, podemos asegurar, que este gobierno local no ha hecho absolutamente nada al respecto.
Mientras que por otro lado, conviene señalar que, la ‘competitividad’ en el mercado estatal y europeo no puede estar basado en la desprotección laboral y social de las trabajadoras y trabajadores del campo de Cartagena que en su gran mayoría son personas migrantes. En este sentido, la Reforma Laboral recientemente aprobada y la apuesta por el refuerzo de la Inspección de Trabajo deben servir para acabar con prácticas esclavistas, con el fraude laboral, con el alto volumen de contratos parciales y temporales, con la baja remuneración de los trabajos no cualificados o con la desigual distribución de los ingresos que provoca la activación de importantes procesos de exclusión social que no podemos obviar.
“… prácticamente uno de cada cuatro euros que genera la economía regional proviene de la actividad económica de Cartagena y su comarca.”
¿Qué aporta Cartagena al conjunto de la Región y ésta a la ciudad departamental, tanto desde el ámbito económico como en la cohesión como región?
Como ya hemos dicho con anterioridad, desde nuestra entrada en el marco de la Unión Europea la comarca ha sufrido importantes cambios debido a las exigencias de desindustrialización y turificación de nuestra economía. Cartagena, en el contexto de la Región, no ha sido una excepción a este proceso por lo que el turismo, desde el punto de vista económico, junto a la agricultura son factores fundamentales en el desarrollo económico regional. Y, por supuesto, dentro del ámbito industrial es importante subrayar el papel que juega en nuestra región la empresa Navantia y todo el complejo militar y de mecánica e ingeniería naval que se mueve a su alrededor. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de la importancia económica del Puerto de Cartagena, de las empresas energéticas de producción y transformación de energía del Valle de Escombreras o del complejo de fabricación de plásticos de la empresa SABIC.
Esto supone que prácticamente uno de cada cuatro euros que genera la economía regional proviene de la actividad económica de Cartagena y su comarca.
Si bien es cierto, Cartagena es una de las grandes olvidadas en los presupuestos regionales año tras año debido al importante centralismo que se ejerce desde el Gobierno regional del PP y sus socios tránsfugas. Por ejemplo, la ausencia de partidas destinadas a la reconversión del modelo industrial de Cartagena, el fomento de la transición energética o el cuidado del medio ambiente. Pero es que, a pesar de las tasas de desempleo, tampoco se invierte en políticas activas de empleo ni en medidas de protección social para evitar los índices cada vez más elevados de pobreza y exclusión social. Unos índices que ya eran importantes antes de la pandemia pero que se han incrementado de manera relevante debido a los efectos de esta.
No en vano, en muchas ocasiones a lo largo de estos años hemos denunciado el maltrato institucional hacia Cartagena que se ha promovido con la aplicación de medidas centralistas y el desarrollo de políticas de derechas que han generado más exclusión, pobreza y desigualdad.
Usted, por el trabajo realizado como activista social, es conocedora en primera persona de la dificultad del mercado laboral, de los efectos de la crisis y de la precariedad tanto laboral como social existente en su ciudad. ¿Cómo valora la situación económica y laboral de Cartagena más allá de las estadísticas?, ¿qué se está haciendo desde el Gobierno municipal al respecto y cuáles considera que deben ser las claves para abordar la situación?
Como he ido señalando en anteriores intervenciones, afrontamos una situación que debiera poner en alerta a todas las instituciones y a la sociedad en general. Los datos son abrumadores. Una encuesta reciente, elaborada este mismo año por Caritas, consideraba que los impactos sociales y económicos que están viviendo actualmente habían sido de mayor alcance que los de las crisis de 2008 y 2013.
En Cartagena hemos podido observar el deterioro de los barrios y diputaciones de la periferia cartagenera, el aumento de la carencia material de muchos vecinos y vecinas de nuestro municipio, el aumento de la demanda de apoyo a Servicios Sociales y al Banco de Alimentos, la dificultad continua para acceder a una vivienda digna.
Una situación, la que se vive diariamente en Cartagena, que desde luego sería mucho más grave si no fuese porque en muchas ocasiones la economía sumergida se convierte en la única válvula de escape para poder garantizar que se cubren las mínimas necesidades. Esto, sin lugar a duda, conlleva que una parte importante de nuestra sociedad, prácticamente un tercio de la misma, esté actualmente viviendo en riesgo de exclusión o directamente haya sido expulsada de la sociedad.
Y ante esta situación ¿Qué está haciendo el gobierno municipal? Poco o nada en algunos casos. A pesar de los grandes retos que implican abordar esta situación no existe una voluntad política para abordar los cambios que requiere nuestro municipio, para impulsar los proyectos sociocomunitarios que debieran estar desarrollándose en nuestros barrios y diputaciones, para apoyar económicamente la construcción de un nuevo tejido social que articule y cohesione nuestro municipio. Sin embargo, Noelia Arroyo y su equipo parecen no ver un parte importante de lo que sucede en Cartagena. Viven al margen de esas vecinas y vecinos que han sido expulsados por la falta de políticas públicas, de proyecto de futuro para la cohesión y de compromiso social.
Una de las cuestiones que la izquierda regional está proponiendo es la necesidad de un nuevo modelo productiva alternativo porque el presente está agotado. ¿Qué puede aportar Cartagena a la articulación de un nuevo modelo productivo que resuelva los problemas que plantea el actual producto de más de 25 años de gobierno regional del PP?
Cartagena tiene mucho que aportar en el desarrollo de un nuevo modelo productivo. En primer lugar, partiendo de la necesidad de garantizar una financiación suficiente y estable a nuestra Universidad Politécnica de Cartagena para fomentar la investigación científica y que este nuevo modelo productivo regional se asiente sobre las bases de una economía local diversificada y de alto valor añadido.
Este debería ser el punto de partida para que Cartagena, en el marco de un plan apoyado por los diferentes niveles institucionales avanzase hacia una nueva reindustralización basada en los nuevos sectores estratégicos relacionados con la industria tecnológica, los procesos de digitalización y la transición ecológica.
Por supuesto, el sector naval, con Navantia a la cabeza, tienen un papel importante que jugar pero este debe venir acompañado de una reconversión hacia servicios cada vez más diversos orientados hacia el sector eólico marino impulsando, por ejemplo, la construcción y desarrollo de parques eólicos marinos, la sostenibilidad en entornos marinos, los combustibles limpios que apoyen la ineludible e irretrasable transición verde,... No es nada que estemos inventando la izquierda regional. Esto ya es parte desde hace años de las líneas de desarrollo estratégico de Navantia y entendemos que la sede de Cartagena debe jugar un papel relevante en la concreción de esos planes de futuro.
Debemos apostar por un modelo turístico sostenible medioambientalmente, que no deteriore nuestros recursos naturales, que no se ampare en modelos que se han caracterizado hasta ahora por la ausencia total de planificación, por una urbanización desmedida y por un evidente desequilibrio demográfico.
Pero, además, nuestra agricultura, como ya he mencionado anteriormente, debe transitar hacia una reconversión ecológica que genere empleo de calidad y respete el medio ambiente.
Pasemos a analizar la situación política de un municipio que, en los últimos años, en la legislatura 2015-2019 con el gobierno de coalición entre Movimiento por Cartagena y el PSOE y en la actual con el pacto entre PP y los tránsfugas del PSOE, son convulsos. En su opinión, ¿cuáles son los principales problemas del municipio?, ¿cómo califica la política del Gobierno actual? y ¿qué prioridades establecería usted de ser la alcaldesa?
Los principales problemas de nuestro municipio los podemos encontrar en las elevadas tasas de desempleo, en los altos niveles de exclusión social y pobreza, en la creciente desigualdad de nuestro municipio, en el abandono de nuestros barrios y diputaciones que se evidencia especialmente en lugares como el Sector Estación, Los Mateos, San Ginés, Torreciega, San Antón, por poner solo algunos ejemplos.
Además, existen importantes problemas como el abandono de determinados servicios públicos esenciales como la sanidad –importante señalar el incumplimiento de las promesas en torno a la apertura completa del Hospital del Rosell o la situación en la que se encuentra los servicios de salud mental- o la educación, la ausencia de una oferta cultural popular accesible en todo el municipio y, especialmente, dirigida a los más jóvenes, o los importantes problemas medioambientales que afrontamos desde el impacto en el Mar Menor, la Sierra Minera, los restos contaminados de El Hondón o Peñarroya, la presencia de amianto en instalaciones públicas, etc.
Ante estas cuestiones, el gobierno local ha actuado con la imposición de parches o la aplicación de medidas parciales que no terminan de actuar sobre las causas que generan estos problemas.
Como alcaldesa marcaría las siguientes prioridades: el desarrollo de un plan de recuperación y puesta en valor de nuestros barrios que atienda las demandas de sus vecinas y vecinos y garantice que son espacios seguros, el desarrollo de importantes proyectos sociocomunitarios que se construyan sobre bases sólidas y duraderas contando para ello con la propia comunidad y atendiendo sus propias necesidades mediante el fomento de su participación directa, un verdadero plan de lucha contra la exclusión social y la pobreza, un Plan de reindustrialización y economía local –coordinado con el Gobierno Regional y otras instituciones como la UPCT- que siente los pilares de una economía de futuro sostenible y apoyada en el marco de unas relaciones laborales dignas, y la recuperación y puesta en valor de nuestro patrimonio cultural, natural e histórico, entre otras cuestiones.
“Izquierda Unida y el Partido Comunista de España, al que pertenezco desde hace más de quince años, siempre ha tenido en su ADN el municipalismo como herramienta de transformación de la realidad más cercana a los trabajadores y trabajadoras.”
Desde que en 1976 en que se constituyó el Partido Cantonal, que llegó a tener la alcaldía del municipio en la legislatura 1987-1991 y que posteriormente formaría parte del Movimiento por Cartagena, uno de los temas que ha estado encima de la mesa ha sido la reivindicación de la constitución de la provincia de Cartagena. ¿Qué opinión política, como concejala de grupo municipal Unidas Podemos le merece esta reivindicación histórica?, ¿considera que de conseguirla sería útil para Cartagena y para la Región de Murcia?
Izquierda Unida y el Partido Comunista de España, al que pertenezco desde hace más de quince años, siempre ha tenido en su ADN el municipalismo como herramienta de transformación de la realidad más cercana a los trabajadores y trabajadoras. Y desde ese paradigma hemos trabajando durante todos estos años para mejorar el municipio de Cartagena.
Por supuesto, deseamos las mejores cuotas de autonomía y soberanía para Cartagena para que esa gestión democrática sirva para mejorar las condiciones materiales de las personas que viven en la comarca.
Pero en este punto hay dejar claro que la reivindicación de la provincia de Cartagena no puede ser en ningún caso un fin en sí mismo como parece evidenciarse en algunas propuestas. Más aún, la creación de la provincia de Cartagena no tiene por qué suponer de manera mágica ninguna mejora en la vida de sus vecinos y vecinas. La mejora de las condiciones de vida de los cartageneros y cartageneras tienen que ver con proyectos de futuro claro, con una defensa firme de nuestros intereses, con una financiación adecuada y sostenible en el tiempo, etc. Y todo esto puede realizarse en el marco de la Región de Murcia siempre y cuando abandonemos las dinámicas centralistas y las políticas de derechas tanto en el gobierno regional como en el gobierno local. Repito, de nada nos sirve una provincia de Cartagena si las recetas políticas que se aplican son las mismas que la derecha lleva desarrollando más de 30 años en nuestro municipio.
El pasado 14 de mayo, la exalcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, que fue expulsada del PSOE conjuntamente con el resto de los concejales de su grupo, presentó oficialmente su nuevo partido político, ‘Sí Cartagena’, al que definió como “progresista con voluntad de diálogo y consenso, y con el acento en el municipio”. En su opinión, ¿qué aporta esta nueva formación a la política cartagenera?, ¿se trata de un proyecto político que quiere que el municipio "siga creciendo, desarrollándose y logrando su máximo potencial", como expusieron en el acto de presentación o es más una la salida política para los que expulsados del PSOE puedan seguir participando en la institución municipal?, ¿qué futuro cree que tiene?
Es obvio que esta apuesta personal de Ana Belén Castejón y el resto de concejales de su grupo expulsados del PSOE por pactar con el Partido Popular y Ciudadanos es una ‘huida hacia delante’, una fórmula para no caer en el ostracismo político, para no verse relegados a los márgenes de la política local.
No es, en ningún caso, una apuesta política que quiera dar respuesta a las necesidades del municipio, es una apuesta personal. Ahí está la hemeroteca para confirmar que lo que está detrás de este proyecto es simplemente la ambición. Recordemos cómo, tras abrir la crisis interna en el PSOE y dimitir de sus cargos y responsabilidades por haber tomado una decisión de espaldas a la organización política con la que se presentó a las elecciones, dijo, literalmente, que no volvería a presentarse como alcaldesa.
No es la primera vez en la historia reciente de Cartagena que vemos este tipo de movimientos rupturistas en el seno del PSOE y que prueban suerte en los comicios electorales. El ejemplo más reciente es el de la candidatura de Socialistas por Cartagena que se presentó a las elecciones locales de 2011 sin obtener finalmente ningún escaño.
Es cierto que existen importantes diferencias entre la aventura protagonizada por Ana Belén Castejón y la de quienes le precedieron, pero le auguro un futuro breve y con un impacto muy limitado.
La crisis de la reconversión industrial supuso un varapalo para el PSOE a nivel electoral, que llevó a la alcaldía a pasar a manos del PP durante 20 años. Posteriormente, tras la expulsión de todos los ediles del PSOE y su paso a la condición de no adscritos por su pacto con el PP, el grupo municipal en al que usted perteneces portavoz (Podemos, IU-Verdes, Equo) ha quedado como único referente de la izquierda en el consistorio. ¿Cómo valora el trabajo que hacen como única oposición de izquierdas?, ¿considera que los cartageneros y cartageneras aprecian el trabajo que vienen realizando? y ¿hasta dónde llegan sus expectativas electorales de cara a los comicios locales de 2023?
Unidas Podemos, Izquierda Unida-Verdes y Equo ha sido el proyecto de la izquierda cartagenera capaz de servir de hilo rojo para conectar las luchas del pasado con el momento actual. Desde esa posición hemos mantenido posturas firmes y comprometidas en defensa de las trabajadoras y trabajadores municipales y de los que son parte de las subcontratas, hemos denunciado las privatizaciones y la corrupción en empresas concesionarias como Hidrogea, FCC o Lhicarsa defendiendo a su vez la importancia de recuperar la gestión pública de estos servicios esenciales. Pero además de ser la voz de las trabajadoras y trabajadores en el Palacio Consistorial lo hemos sido también de la lucha feminista por la igualdad, de la protección de nuestro medioambiente ante la pasividad y la negligencia de unos y otros, de la defensa y la protección de nuestro patrimonio histórico y cultural –como el Molinete- ante el afán mercantilista de este Gobierno municipal, …
Esperamos que todo este trabajo sea percibido de manera positiva por las vecinas y vecinos de nuestro municipio. Un trabajo intenso realizado desde la honestidad y la sencillez, siempre del lado de quien lo ha necesitado y siempre atentas a escuchar y recibir a quien lo ha demandado.
Es por eso que confiamos en que la apuesta por construir un proyecto de izquierdas para nuestro municipio, capaz de disputar el poder a quienes han demostrado ser incapaces de ofrecernos un futuro mejor, obtenga un importante respaldo por parte de las cartageneras y cartageneros que nos permita seguir creciendo en las próximas elecciones.
Trabajamos para “…ampliar la base social sobre la que se construye un proyecto político de izquierdas rupturista y transformador.”
Ahondando en la anterior pregunta, ¿cómo ha funcionado la coalición por la que usted concurrió a las elecciones municipales?, ¿qué aspectos considera que se deben mejorar de cara a repetirla? ¿Están trabajando por ampliarla para alcanzar lo que, sin duda, es su objetivo, gobernar Cartagena en 2023?
En primer lugar, creo que es importante subrayar que en Cartagena hicimos un esfuerzo importante para alcanzar finalmente un acuerdo que permitiese aunar al espacio de la izquierda del PSOE en una única candidatura. Esto no pasó en muchos otros municipios.
Desde hace 3 años hasta ahora ha habido importantes cambios internos, como la renuncia al acta de concejala de Pilar Marcos o el desarrollo del espacio de Unidas Podemos en el ámbito estatal, y externos como el impacto producido por la pandemia, la crisis económica, o el ascenso del discurso fascista en nuestra Región. Todo ello ha tenido sus impactos en nuestra coalición que se ha mantenido durante todo este tiempo firme a los principios y a las propuestas con las que nos presentamos en las anteriores elecciones.
Obviamente no nos conformamos con los resultados que obtuvimos en 2019 y aspiramos a seguir contando cada vez con mayor apoyo social. En esa línea llevamos trabajando desde el día siguiente a las elecciones: ampliar la base social sobre la que se construye un proyecto político de izquierdas rupturista y transformador. Y por supuesto, que, dentro de este espacio, en el ámbito de la coordinación, del respeto a la soberanía de las organizaciones que lo componen, del diálogo y la construcción del consenso, y de la participación democrática todavía hay margen para la mejora. Un espacio que estoy convencida que puede sumar a más actores políticos para avanzar en la consolidación de un Frente Amplio de la izquierda que ponga fin a décadas de políticas de derechas en Cartagena.
Pasamos a analizar la política regional. ¿En qué está beneficiando a Cartagena que el presidente de la autonomía y la alcaldesa de Cartagena sean del mismo partido?, ¿en qué se está traduciendo, de ser así?
En nada. No hay beneficio alguno. El presidente López Miras lleva años preocupado por él mismo y por sus opciones para mantenerse en el poder en la próxima legislatura. Ha demostrado ser un político distante y que representa única y exclusivamente a un sector minoritario de la sociedad cartagenera.
No nos cabe duda de que de cara a las elecciones regionales vendrán a convencer a las cartageneras y cartageneros de que gracias a ellos se han conseguido infinidad de avances y mejoras y que la maquinaria electoral se pondrá a pleno rendimiento unos meses antes. Pero lo cierto es que, la propia Noelia Arroyo es incapaz de justificar en no pocas ocasiones la dejación de funciones del Gobierno Regional o, en no pocas ocasiones, la negación del mismo a atender las demandas y requerimientos que se le hacen.
Ejemplo de ello es que sigamos sin recuperar el Hospital del Rosell al 100%, que el servicio de salud mental esté prácticamente desmantelado, que se sigan poniendo excusas para no actuar ante los vertidos ilegales del mar Menor, que tengamos una red de centros educativos públicos cada vez más envejecida y se produzcan continuos retrasos en la construcción del nuevo Colegio de La Aljorra, que aún no tengamos ya no en funcionamiento sino ni tan siquiera iniciadas las obras para convertir el Cine Central en un centro cultural, los retrasos en las obras de adecuación y mejora de los caminos rurales, la ausencia de financiación para la promoción de la ZAL de Los Camachos, la falta de inversión en la Universidad Politécnica de Cartagena, …
Este Frente Amplio “…debe ser un espacio amplio, democrático, participativo, respetuoso con las diferencias y que se sostenga sobre la base del consenso y el diálogo”
Desde que en 1995 el PP obtuviera una mayoría absoluta en la Comunidad autónoma, la derecha (desde hace un año apoyada por los tránsfugas de Ciudadanos y Vox) viene gobernado ininterrumpidamente, generando una deuda de 11.000 millones de euros. ¿Cómo calificaría la gestión de estos años y concretamente su responsabilidad en el desastre medioambiental del Mar Menor, la apuesta por una economía de bajo valor añadido, precariedad laboral y bajos salarios basada en la agricultura y los servicios, los proyectos fallidos y los casos de corrupción que vamos conociendo?
De manera resumida, esta Región no se merece estar gobernada por esta gente. Han demostrado ser unos auténticos chapuzas, unos pésimos gestores de lo público con una ética más que reprobable y, sobre todo, unos políticos mediocres.
Así lo creo, las trabajadoras y trabajadores de esta Región, independientemente de sus creencias y afinidades políticas, no nos merecemos la clase dirigente que ha estado al mando de este gobierno regional en las últimas décadas. La gran mayoría de las cifras económicas y sociales no sitúan, en comparación con el resto de CCAA, en posiciones que deberían abochornarnos, nos relegan a la periferia económica y social del Estado Español –en no pocos casos incluso de Europa- y, peor aún, contribuyen a seguir hipotecando nuestro futuro.
Lo han demostrado de manera continua y de manera más vergonzosa aún en los últimos años en los que han mercadeado con las Consejerías para convencer a diputados tránsfugas para mantenerse en el poder, han blanqueado el fascismo para legitimar los discursos de odio, han aprovechado la pandemia para desregularizar sectores y desproteger el medio ambiente, han mentido descaradamente sobre la vacunación de altos miembros del Gobierno y de las Consejerías, y, más grave aún, han vaciado de contenido político la propia Asamblea Regional para convertirla en su cortijo particular.
Por último, incidiendo en la anterior pregunta y mirado desde la necesidad de ahormar un bloque social y político de izquierdas capaz de obtener el respaldo de la ciudadanía, ¿considera que es necesario una alianza amplia, como la que está impulsando Yolanda Díaz, a nivel regional?, ¿sobre qué ejes debería sustentarse y cómo habría que construirla? ¿Se ha dado ya algún paso o iniciativa al respecto?
Como comunistas siempre hemos defendido la unidad popular como proyecto para unir y articular las luchas sociales y sus actores en el ámbito institucional. Así lo hicimos cuando se apostó por Izquierda Unida o cuando lo hicimos por construir un proyecto político en torno a Unidas Podemos.
Las bases de este Frente Amplio se asientan sobre un programa que atienda el sentido común de la clase trabajadora y las capas populares, combatiendo las políticas neoliberales y apostando por los servicios públicos, denunciando la corrupción que ha azotado nuestra Región, defendiendo la calidad en el empleo, la justicia fiscal y la lucha contra el cambio climático y por la recuperación de ecosistemas amenazados y castigados como el Mar Menor, la Sierra Minera, la Bahía de Portmán, el cinturón periurbano de Cartagena,…
Este Frente Amplio, a la izquierda del PSOE, no puede suponer en ningún caso una nueva pieza en el actual juego de matrioskas de las organizaciones de izquierdas. Sino que debe ser un espacio amplio, democrático, participativo, respetuoso con las diferencias y que se sostenga sobre la base del consenso y el diálogo. Esa es la apuesta del PCE y me consta que se está trabajando para garantizar que esos espacios se pueden dar.