“Los personajes mandan. Fue Anastasio el que se reveló y exigió su lugar con sus propias normas y dimensiones espacio temporales.”

#LiteraturaTuareg.- Carmen Torrente habla con precisión de cirujano, observando hasta el infinito de su interior una vez que se ha empapado de lo exterior. Se percibe su espíritu literario nada más hablar. Escribe teniendo en cuenta el más mínimo detalle, nada se le escapa a la mirada/palabra/texto. Sin embargo, cuando te contesta, es concisa porque se centra en el tema sin divagar. Un carácter meseteño duerme en su dicción. Hablamos de su primera novela porque sabemos que vendrán más. La dejamos mirando la realidad desde su prisma biselado en conversación con su ordenador. Ha nacido una estrella. No se la pierdan.

Perfil

Ciudad de nacimiento y año: Alcázar de San Juan, Ciudad Real. 1966

Profesión: Profesora de Formación Profesional

Pasión vital: Tratar de vivir el momento.

Ciudad para vivir: Aún por descubrir

Autor preferido: Miguel de Cervantes

Libro preferido: El Quijote

Película preferida: Figuras ocultas de Theodore Melfi

Director preferido: Tarantino

Estilo narrativo preferido: Cualquiera

Estilo narrativo usado: Sencillo y directo, que llegue al público

Bar o cafetería: Depende del momento. Con amigos en un bar, sola en cafetería.

Color: Azul marino

Calor o frío: Calor en invierno, frío en verano

Hablar, oír o escuchar: Observar

Escribir o leer: Ambas.

Carácter preferido: Personas vitales. Las que dejan un regusto agradable como el café.

Playa o montaña: Playa en invierno y montaña en verano

Empecemos por lo que es el principio para una escritora ¿Qué es para usted escribir?

Escribir es para mí diseñar otra realidad. Escapar de este mundo para sumergirse en otro hecho a medida. Estoy totalmente de acuerdo con José Saramago cuando dice: «Yo no escribo por amor, sino por desasosiego; escribo porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo».

“La novela lleva una progresión ajustada a nuestra concepción de realidad.” 

¿Se puede escribir sin leer?

Todos llevamos un narrador interior. A lo largo de la vida vamos acumulando historias. Escribir se convierte en el arte de traducir esos recuerdos en textos. Otra cosa muy diferente es la técnica usada, eso requiere un aprendizaje que, en parte, se forja con la lectura.

“Desde mi punto de vista, el humor es un recurso que se puede catalogar como solucionador de la mayoría de las contingencias.”

¿Cómo y por qué (en el caso de haya un porqué) llega a la literatura?

Desde muy niña me ha apasionado la lectura, pero nunca me planteé el oficio de escribir. Hasta que hace unos años se asentó en mi mente una idea que no conseguía quitármela de la cabeza. Me rondaba de forma insistente, algo así como Anastasio hace con Mari Gertru. Hasta que comprendí que tenía que narrarla. (Cuando lean la novela entenderán lo que significan sus palabras).

Esta es su primera novela, pero no su primera aproximación a la literatura. Háblenos de sus obras anteriores.

He escrito varios cuentos para niños. El mundo infantil me permite retomar la creatividad y la imaginación de la niñez.

¿Se mueve mejor en la narración corta o en la dimensión de la novela?

Nunca me planteo la dimensión de la narración. Simplemente me dejo llevar por los personajes y sus ganas de participar.

¿Cómo surge la idea de El último accidente de Anastasio. El albañil de la estación del AVE?

Nace de una anécdota que me sucedió con una inspectora médica. Una especie de Mari Gertru, la protagonista femenina de mi novela, pero con peor carácter (risas). Utilicé el humor para barnizar esa experiencia, que para mí fue desagradable, y transformarla en una situación diferente. Desde mi punto de vista, el humor es un recurso que se puede catalogar como solucionador de la mayoría de las contingencias.

¿Es el humor el protagonista último de esta novela? ¿O es la corrupción el tema de fondo?

El género literario utilizado desde el primer hasta el último capítulo es el humor. Es evidente que la corrupción está presente en una parte importante del libro, es una trama secundaria, pero nunca ha sido mi objetivo. Aunque hay que reconocer que da mucho juego. Para crear esa subtrama me documenté en las hemerotecas de algunos periódicos, por cierto, prolijas en temas de corrupción; tomé de aquí, resumí de allá y exageré de acullá. Por lo que le puedo garantizar que cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia (risas).

El humor que usted practica en esta novela se basa en la ruptura de la lógica, o mejor dicho, de la ruptura lógica del sentido común, para que coincida con el mundo surrealista que usted plantea. ¿Cómo ha construido, o surgido, esa ruptura, a partir de qué condiciones, hechos, o planteamientos, la construye? ¿Es solo un proceso racionalizado o también deja que fluyan las propias situaciones?

Es difícil de explicar. En un principio se construyó como un proceso racional, la novela lleva una progresión ajustada a nuestra concepción de realidad. Sin embargo, como le he comentado antes, los personajes mandan. Fue Anastasio el que se reveló y exigió su lugar con sus propias normas y dimensiones espacio temporales.

Sin embargo, el personaje de Anastasio y su “relación” (no queremos descubrir lo que el lector debe descubrir) con Mari Gertru se mueve en el mundo del surrealismo, y ahí aparece la realidad como surrealidad. En este mundo lo onírico es lo real porque desde ahí percibe lo real. “Estaba tan desconcertado con la pesadilla, parecía tan real” dice usted por boca de Anastasio en la página 87. La realidad aparece como sueño en este mundo surreal. ¿Por qué parte de esta base constructiva del espacio narrativo para plantear el argumento? ¿O es esta construcción el verdadero tema de la novela?

Es en ese capítulo cuando Anastasio comienza a darse cuenta de que lo que está ocurriendo. Para él, como usted muy bien dice, la realidad es su surrealidad y es necesario plasmarlo en ese momento y de esa forma. Un punto de inflexión donde mostrar al lector el paralelismo de ambos mundos.

“Está inspirada en cualquiera de las múltiples obras ferroviarias que clavetean el territorio nacional.”

¿La trama de corrupción de la estación del AVE que usted introduce en la página 126 está inspirada en las obras del AVE en la ciudad de Murcia?

Está inspirada en cualquiera de las múltiples obras ferroviarias que clavetean el territorio nacional. En realidad, lo que he pretendido hacer con esta novela es una sátira de la sociedad actual en nuestro país, y el AVE es uno de los temas más controvertidos, junto con la prostitución, los locales de apuestas o la política.

¿En su próxima novela mantendrá el estilo realista del surrealismo que recorre toda esta obra a pesar de combinarlo con un estilo realista, llegando a entremezclarlos en la pág. 127?

Le puedo adelantar que es una novela policíaca escrita en estilo realista y sin espíritus, aunque surge algún que otro guiño. En este nuevo proyecto, me ha parecido oportuno rescatar a uno de los personajes de «El último accidente de Anastasio, el albañil de la estación del AVE» porque en su momento no le concedí el espacio suficiente y todavía tiene mucho que decir. 

Espero que, con esta nueva novela, tal y como decía Marcel Proust en «El tiempo recobrado», sea el libro verdadero que cada escritor lleva dentro, mucho antes de escribirlo, y que por tanto la tarea no sea la de inventar sino la de traducir.