EquipoTuareg. 19/03/22.- Cuando te sientas a charlar con el coordinador regional de IUVRM lo primero que percibes es la agilidad con que manejas los datos y los conceptos. Tiene la Región de Murcia en la cabeza. Es difícil, por no decir imposible, pillarlo en un renuncio. Es el típico hombre tranquilo al que le apasiona la vida. Y en concreto, la política. Vive a caballo entre Mula y la capital. Hoy viene ex profeso a Murcia para que le entrevistemos. Mirada intensa y razón estructurada le acompañan y nos introducen en esta conversación, también, entre colegas.

Usted fue reelegido coordinador  de IUVRM en marzo de 2021 en la XIV Asamblea de esta organización con una candidatura que obtuvo el 91,4% de respaldo. Venía de una coordinación bicéfala con Candi Marín. ¿Este hecho supuso algún cambio de rumbo significativo para IU?

En primer lugar, ese respaldo mayoritario no es que fuera a mi persona, sino que creo que fue fundamental al proyecto que presentamos y a la candidatura que lo respaldaba

El proyecto se basaba en los acuerdos de la asamblea federal de 2016 pero también lo que habíamos ya ratificado en el proyecto de la región de Murcia que era bueno pues tejer y concretar un espacio de unidad la política a la izquierda del PSOE, en el espacio que denominamos de la izquierda radical y transformadora. Y que hicimos un primer intento de trabajo y de concreción en el ciclo electoral de 2019 que no pudo finalizarse, pero que reconocíamos que era un proyecto y un objetivo al que debíamos de tender. Y por tanto la candidatura y el proyecto de trabajo político y la estrategia política de IUVRM se estructuraron en base a ese objetivo. La candidatura recogió todo ese respaldo porque la organización entiende que ese es el camino político necesario ahora para transformar esta sociedad y la región de Murcia.

Tenemos “una región donde impera un modelo un modelo productivo basado sobre todo en actividades económicas de bajo valor añadido. Por eso estamos a la cola del salario medio a nivel estatal.”

¿Cómo ve la región, cuál su diagnóstico de situación en base a las políticas del gobierno del PP?

No puede disociarse de los 27 años de gobierno que lleva el PP rigiendo los destinos de esta región. Eso ha desembocado en una región que prácticamente está a la cola de la mayoría de índices socioeconómicos económicos. Una región en la que los servicios públicos han experimentado un retroceso realmente espectacular que ha llevado, por ejemplo, en el ámbito educativo a reconocer un doble sistema concertado y público. El primero ha crecido enormemente a costa de una infrafinanciación del sistema público. La sanidad pública también experimenta un retroceso importante y no se recupera prácticamente, como en el caso educativo, de los recortes que ya se produjeron con la crisis de 2007. La atención primaria sigue prácticamente en colapso. Una región donde impera un modelo productivo basado sobre todo en actividades económicas de bajo valor añadido. Por eso estamos a la cola del salario medio a nivel estatal. En definitiva, una región que necesita cambios realmente profundos. Una región que durante años ha tenido el sistema más antidemocrático a nivel de ley electoral. Las famosas cinco circunscripciones no existían en ninguna otra parte.

Y ese modelo productivo de bajo valor añadido basado en una agroindustria y ganadería intensiva, completado con unos servicios de mano de obra barata, ¿considera que está llegando a final?

No es que es que esté llegando a su final, es que está totalmente agotado. Y de hecho se lo han dicho al gobierno a través de sentencias judiciales. Este modelo productivo se basaba fundamentalmente, en los años iniciales de este siglo, en una apuesta absoluta por el desarrollo urbanístico y el turismo de sol y playa. Basado en una ley del suelo que declaraba totalmente urbanizable todo el territorio salvo el que se quisiera proteger. Ese ciclo acabó con el estallido de la burbuja inmobiliaria que dejó en la bancarrota a gran cantidad de empresas y sobre todo hizo desaparecer del mapa económico español a la banca pública que representaba las cajas de ahorro. Es un modelo de fracaso total y absoluto.

El segundo punto de fracaso es que esa recuperación en la región de Murcia se produjo a partir del 2014, pero no por igual en todos los sectores de la sociedad. Hay que recordar que los asalariados con ingresos más bajos tuvieron una pérdida del 14% hacia 2013 y 2014. No se recuperó al mismo nivel hasta el 2019. Los salarios más altos tuvieron una red, una revalorización del 20 % en todo el ciclo. Por su parte las grandes fortunas y las grandes rentas de esta región, que están en torno a 2.400 declarantes del impuesto de patrimonio, experimentaron una recuperación de 3.500 millones, es decir pasaron de 11.000 millones de patrimonio global a los 15.400 millones aproximadamente. Es esos sectores no hubo una pérdida económica. Como se observa, la recuperación del sector más empobrecido no solamente no se produjo, sino que incluso fue a la baja.

Hay que recordar un dato y es que en la región de Murcia el 44 % aproximadamente de los asalariados cobra el salario mínimo interprofesional. Y si lo subimos al 1,5 del salario mínimo interprofesional, entonces estamos hablando de dos de cada tres trabajadores, en torno al 64% o 65 % aproximadamente. Por tanto, un modelo que genera eso, es un modelo totalmente fracasado. Y sin olvidar que tenemos índices de pobreza de los más altos de la Comunidades Autónomas.

El actual gobierno regional del PP nace de la recomposición que Fernando López Miras hizo al superar la moción de censura de PSOE y Cs. Desde entonces es conocido como “el gobierno de los tránsfugas”. ¿Piensa que desde ese momento estamos ante un gobierno regional que ha manifestado su debilidad política y ante un fin de ciclo en la región de Murcia y que este hecho abre oportunidades a la izquierda?

Ojalá sea así. Yo a veces tengo dudas y me gustaría que así fuera porque efectivamente en el ciclo político anterior, estamos hablando desde prácticamente el inicio de la etapa democrática en España, la región de Murcia ha tenido la ley electoral más antidemocrática de todas las Comunidades Autónomas. Cinco circunscripciones no lo entendía nadie. El sistema de las circunscripciones ha hecho que IU haya perdido hasta 13 diputados. Fíjese, hemos llegado a tener resultados de hasta el 16% o 17 % en el altiplano y no hemos obtenido representación. No cabe en cabeza de nadie que una formación política no obtenga representación con esos resultados. Y eso era así porque en aquella circunscripción del altiplano era necesario tener un 25% de votos o más para poder competir con posibilidades de sacar un diputado.

El ciclo político hace aguas y se resquebraja con la pérdida de la mayoría absoluta de Pedro Antonio Sánchez en 2015. Con Cs dubitativo de dónde se va a situar y empezando a buscar esa centralidad liberal que le permita jugar a izquierda y a derecha. Eso ha permitido en un momento determinado romper ese ciclo de mayorías absolutas e introducir cuñas muy importantes como fueron el cambio de la ley electoral, sobre todo por iniciativa de nuestro compañero José Antonio Pujante. Pero también cuestiones como la reforma de la ley de vivienda, como las leyes de igualdad que se plantearon en aquel momento, o por ejemplo la primera ley del Mar Menor donde la oposición se pone de acuerdo para hacer una ley que ha sido la más puntera en cuanto a medidas de recuperación de la laguna y que el PP, Cs y el propio PSOE se encargaron de rebajar en un acuerdo realmente inexplicable en el verano de 2020.

Ese momento supuso un cambio de inflexión importante donde habíamos pasado de mayorías absolutas a unas minorías y sobre todo unir grupos más o menos minoritarios dentro de la asamblea regional en aras de un necesario cambio político en la región. Sin embargo, el PP ha sabido recomponerse. Pero cómo lo ha hecho. Primero, con una traición inexplicable, yo lo diría así, o una decisión inexplicable de Cs (que le ha supuesto desaparecer del mapa político en casi todos los sitios, y lo va a hacer en Murcia creo yo en las próximas elecciones también) que es finalmente decantarse por apoyar al PP. Hay que recordar la famosa frase de Inés Arrimadas en la plaza de Belluga delante del Imafronte de la catedral en aquel mitin ya mítico cuando dijo “os imagináis cuatro años más con el PP” para después pactar con el PP. Y cuando, dos años después, Cs decide cambiar el paso con la moción de censura no se dan cuenta que la traición la tienen en su propia casa. Por su parte, el PSOE no es capaz de ver la realidad.

Eso nos lleva al punto donde estamos hoy en día. Un gobierno totalmente inédito, apoyado por gente sin afiliación de partido, por tránsfugas de varios partidos. Incluido el propio presidente de la Asamblea Regional que también es un tránsfuga. Eso no se da en ninguna parte de Europa. Además, dos grupos políticos se adueñan de las siglas y del grupo parlamentario del que habían sido expulsado. Eso nos dice que un cambio en el reglamento de la Asamblea es imperioso.

Ese es el escenario que nos encontramos ahora. Un intento de recuperación del PP, sin perder de vista que tiene en la agenda el cambio de la ley electoral con la vuelta al 5% del límite para entrar en la Asamblea, y con la introducción de nuevas circunscripciones, se habla ya de hasta posiblemente siete. Es decir, el PP ha aprendido la lección. Sabe cuál ha sido ese tránsito y cómo ha quebrado su sistema después del 2015 con la pérdida de la mayoría absoluta y quiere volver a recuperarla sea como sea. Ese es el contexto en que está. En ese escenario hay un elemento nuevo que hay que tener en cuenta. Es Vox. La extrema derecha tiene un arraigo importante y una potencia que está mostrando día a día en la región de Murcia. No hay que olvidar que aquí ganó las elecciones en 2019.

“Tenemos que armar un proyecto político que dé un cambio (…). Y ofertarlo a la ciudadanía desde el ámbito de la unidad política.”

Y en ese escenario qué propone la izquierda.

Aquí hay una cuestión fundamental que es la unidad de la izquierda. La ciudadanía necesita un referente de cambio nítido, posible y real. Que se visibilice que es una alternativa viable. En primer lugar, lo más inmediato que tenemos, en un año escaso, es el próximo ciclo electoral. Hay que empezar por ahí, entre otras cosas porque el tiempo nos lo impone.

Ahora lo inmediato es armarnos para el ciclo electoral porque hay una necesidad imperiosa de cambiar el gobierno en esta región. La correlación de fuerzas no puede ser la que es ahora mismo, ni tender a fortalecer a la derecha ni a la extrema derecha. Porque eso significa más deterioro medioambiente, más precariedad económica y laboral, más privatización de los servicios públicos, más educación privada y concertada, y menos educación y sanidad pública.

Tenemos que armar un proyecto político que dé un cambio a todo eso. Y ofertarlo a la ciudadanía desde el ámbito de la unidad política.

Al respecto, recordemos que en 2019 IUVRM, Podemos fueron con listas separados a las elecciones autonómicas. ¿Qué ha cambiado desde entonces desde el punto de vista de complicidades y acuerdos colaborativos entre ambas fuerzas políticas?

Han cambiado dos cosas. Una. Las circunstancias no son las mismas, los agentes políticos no son los mismos. Y otra muy importante, han cambiado las personas.

Efectivamente en 2019 no fue posible unir a los agentes políticos que estábamos en el ámbito de la izquierda transformadora. Hasta 2014 ese espacio lo ocupaba exclusivamente IU, al menos en la región de Murcia. Por tanto, el referente estaba claro. El tablero político y la situación cambia a partir de 2014 con la presencia de Podemos en las elecciones europeas. Lo que no podemos hacer desde la izquierda es ignorar esa realidad. Y además ese espacio se ha ido fragmentado cada vez más. Ahora ya, incluso en la región, está también Más Región como parte de Más País. En el ámbito de otras Comunidades Autónomas está Compromis. El proyecto de Andalucía que en un principio iba hacia una unidad ha terminado fragmentado. La realidad es heterogénea y múltiple en todo ese espacio.

Por tanto hay una primera pregunta. ¿Vamos a trabajar dándonos la espalda desde ese espacio? o ¿somos capaces de compartir un proyecto político común con objetivos comunes de transformación social que nos permitan trabajar juntos, unir fuerzas y multiplicar esfuerzos? Yo creo que la respuesta es la segunda evidentemente. A nadie se le escapa. No hace falta ser un gran analista político para saber que la unidad es necesaria, a pesar de que en algunos casos me pueden decir que esa unidad no ha sumado como, por ejemplo, ha pasado en las últimas elecciones de Castilla y León. Este caso requiere un análisis más pormenorizando. Pero de entrada, como principio general, que haya una única lista electoral a que haya tres en el mismo ámbito y que compiten por el mismo espacio electoral, yo creo que evidentemente todo el mundo responderíamos que es necesario ir juntos. Y de hecho es lo que la gente pide. Y es lo que la gente nos pidió en 2019. ¿Por qué en 2019 no fue posible? Porque veníamos de un modelo de construcción del espacio de unidad totalmente asimétrico. Lo vamos a llamar de esa manera. ¿En qué sentido asimétrico? Pues en que una formación política como era Podemos en aquel momento imponía las condiciones y los demás, que entendíamos que la unidad era necesaria, no éramos capaces de aceptar esa situación, ese objetivo y aceptar de alguna forma las condiciones que nos impusieron en algunos casos Y eso ¿se mantiene hoy en día? No.

Eso ocurre en 2019, primero, sin mucha motivación porque realmente Podemos en aquel momento tampoco tenía razones, ni tampoco tenía, digamos, una fuerza política importante y suficiente como para imponer esas condiciones. Lo que ocurre es que veníamos de una inercia de trabajo, todavía con la presencia de dirigentes políticos de gran peso político como era Pablo Iglesias en este caso, se arrastraron esas sinergias de trabajo que llevó a ese fracaso en la región de Murcia. No del todo, porque hay que recordar que en las elecciones generales fuimos como Unidas Podemos y revalidamos el diputado. Que en las municipales, de todas las candidaturas, ocho, se presentaron como Unidas Podemos, cuatro de ellas obtuvieron representación política. Estoy hablando de Archena, Fortuna, San Javier y de Cartagena. Las otras cuatro no obtuvieron representación. No fue así en el resto de ayuntamientos ni tampoco en el ámbito regional. Nos quisieron imponer unas condiciones leoninas que eran totalmente inaceptables. Y yo creo que además a sabiendas. Me gustaría incluso hablarlo con Óscar Urralburu alguna vez, distendidamente, no alrededor de la mesa de negociación, y yo creo que él me reconocería, sin ningún tipo de acritud y yo también lo digo sin ningún tipo de acritud, ni de rencor, en absoluto. Pero nos impusieron unas condiciones que se sabía que eran imposibles de aceptar por nuestra parte.

“¿Vamos a trabajar dándonos la espalda desde ese espacio? o ¿somos capaces de compartir un proyecto político común con objetivos comunes de transformación social que nos permitan trabajar juntos, unir fuerzas y multiplicar esfuerzos? Yo creo que la respuesta es la segunda evidentemente.”

En nota de prensa que publicó IUVRM en su XIV asamblea de 2021 se afirmaba como uno de sus objetivos “La apuesta por el desarrollo de una política de alianzas en el seno del espacio de la izquierda transformadora que permitan construir un espacio de unidad de acción política que pueda reforzar tanto una mayor presencia institucional como avanzar en la movilización social.” ¿Podría decirnos en qué momento se encuentra dicho objetivo en la actualidad?

Es verdad que la situación cambia en noviembre de 2019 cuando, semanas antes de las elecciones generales, la dirección regional de Podemos se desmantela, abandonan Podemos y se pasan a Más País. Fue un momento crítico porque vimos que esto nos llevaba prácticamente a la pérdida de un diputado, al dividir la fuerza electoral en dos candidaturas, la que encabezó Óscar Urralburu y la que encabezó Javier Sánchez Serna con nuestro apoyo. Aun así, el proyecto resistió, y revalidamos el diputado. En ese aspecto Más País sufrió una derrota importante que probablemente no esperaba.

Pero a partir de ese momento con la nueva configuración de la nueva dirección de Podemos en la Región de Murcia encabezada por Javier Sánchez Serna como coordinador regional, y sobre todo y fundamentalmente con María Marín como portavoz en la Asamblea Regional, las cosas cambiaron radicalmente. En el sentido de que, tanto por parte de Podemos como nosotros, entendíamos, que el objetivo de la unidad era totalmente válido y necesario y que además estaba por construir porque el ciclo anterior se había saldado con un fracaso en la construcción de este objetivo, y que teníamos que en caminar en pro de conseguirlo.

Y, efectivamente, desde el primer momento hubo una sintonía de trabajo, y personal, hay que decirlo también, muy importante entre ambas direcciones. Nosotros hemos podido trabajar desde el minuto uno con el grupo parlamentario de Podemos, al cual María Marín se refiere continuamente, no como el grupo parlamentario de Podemos, sino como Unidas Podemos. Creo que es un acierto importante y una contribución muy importante por su parte. No es un detalle, es un elemento sustancialmente diferenciador. Y no solamente en las direcciones regionales, sino que también hemos integrado en ese trabajo también a los grupos municipales. Pondré un ejemplo. En el trabajo con los Presupuesto Generales del Estado y con los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma, el análisis, la presentación de enmiendas, comunicación pública en relación a estos temas se ha hecho conjuntamente entre las direcciones regionales de Podemos e IUVRM, grupo parlamentario de Podemos y grupos municipales de IU y de Unidas Podemos en la Región de Murcia.

Hemos llegado a un punto que consideramos que había que sistematizarlo. Así, desde junio del año pasado está constituida una mesa de coordinación regional, trabajando sistemáticamente en reuniones quincenales donde analizamos la situación política de la región, y otras cuestiones. Una de las cuestiones más importantes que estamos viendo ahora mismo es llevar este trabajo de unidad política en el ámbito regional, y de manera puntual en los municipios, extenderlo a todos los municipios donde ambas formaciones tenemos presencia organizativa. Nos hemos dado un plazo de seis meses para poner en contacto a la militancia de ambas fuerzas políticas en todas las localidades para trabajar conjuntamente, ya lo están haciendo, y realizar acción política institucional y de movilización y de conflicto en la calle. Todo ello debe desembocar en la concreción de las claves necesarias para enfrentarnos al próximo ciclo electoral que inequívocamente lo vamos a afrontar conjuntamente Podemos e IUVRM. Se está trabajando en el proyecto de Yolanda Díaz en un espacio que posiblemente sea más amplio.

“…, desde junio del año pasado está constituida una mesa de coordinación regional, trabajando sistemáticamente en reuniones quincenales donde analizamos la situación política de la región, y otras cuestiones.”

En informaciones de finales de 2020 se decía que la alianza electoral con Más País no era posible “salvo un giro radical de la política”. Hace unos días Pablo Echenique ha declarado que “Con Yolanda Díaz hay más posibilidades de que pueda ocurrir un frente amplio con Más País”.  ¿Piensa que, con el proyecto de país de Yolanda Díaz, en el caso de que cristalizase, se facilita que se produzca ese “giro radical de la política”?.

Yo distinguiría, porque a estas alturas nadie niega que un “giro radical de la política” se ha producido ya desde 2020 hasta el presente. Desde que se produjeron esas declaraciones se ha dado en el marco general de la sociedad, y no solo en el de la izquierda, una pandemia, una guerra que está dejando secuelas económicas, una recuperación que ha fomentado la desigualdad, la aparición de la ultraderecha con fuerza. ¿Qué más cambios radicales queremos echar ya como ingrediente a la olla política de la región?

Cambio radical se ha producido. Y por tanto nos fuerza a que, desde el ámbito de la izquierda, también tengamos un cambio radical. Y en ese aspecto, estamos tejiendo ese espacio de Podemos en IU en los municipios, pero eso no es impedimento para que ese espacio esté naciendo con vocación de ensanche, de sumar a más gente, a todos. Porque no podemos hablar de unidad mientras quede gente fuera de ese espacio.

¿Cómo tiene que ser ese espacio? Ese es el problema. La idea de unidad permanece desde siempre en IU, está en la propia esencia de su nacimiento. Y desde entonces no hemos parado tratando de sumar gente. Y más ahora en estas circunstancias. Luego la cuestión no es si estamos de acuerdo en la unidad, que lo estamos, sino en cómo se configura. Hasta ahora lo que ha cercenado que ese espacio floreciese es el “cómo”.

La fórmula que se está planteando y, que ya se habla desde el entorno de Yolanda Díaz de una mesa de partidos y que se caracteriza porque las decisiones se toman por consenso, de manera democrática cuando no hay acuerdo, pero también de una forma equilibrada, respetuosa, donde todo el mundo se reconozca en un proyecto político de transformación que coincide, y que no crea contradicciones, con su proyecto político. Donde el trabajo conjunto, cuando se trate de ciclos electorales se resuelva de manera consensuada, como hemos hecho siempre, tratando de confeccionar las listas con las personas más capacitadas. La fórmula no es complicada. Quizás haya que quitarle un poco de apego a los egos personales en algún momento, y poner el proyecto político por encima de las cuestiones partidistas y personales.

Pero teniendo en cuenta una cuestión muy importante y fundamental. No estamos hablando del típico proyecto de transversalidad política, reverenciado en un líder con un hiperliderazgo. No. Porque esos proyectos han demostrado que cuando el líder no está, el proyecto se cae. Los liderazgos pasan y las organizaciones quedan.

Por último, ¿habrá una candidatura única a la izquierda del PSRM en las autonómicas y municipales de 2023?

De Podemos e IU, me atrevo a decir ahora mismo que sí. Así de contundente. Aunque es una decisión que finalmente tiene que tomar los órganos de decisión internos de IU, en nuestro caso nuestra coordinadora regional. Pero lo digo, no por desconocimiento ni tampoco por sentimiento propio, sino recogiendo lo que es el sentir mayoritariamente debatido y hablado, tanto en órganos como a nivel personal, de la inmensa mayoría de nuestra militancia. Y es también un sentimiento de gente de nuestra organización tanto a nivel regional como federal. Es la voluntad inequívoca de toda la gente. Es voluntad inequívoca. Por lo tanto, esa duda la despejó.

Faltaría por ver si vamos a sumar más. A mí me gustaría. Si hay algo más en la región de Murcia, tiene que sumarse. Y lo digo totalmente consciente de la transcendía que puede tener.

Si somos coherentes con el objetivo de unidad del espacio de la izquierda transformadora, de la izquierda radical, la unidad electoral tiene que darse. Creo que ahora hay mucha más voluntad política que en 2019 por todas las partes de que eso se consiga. Y creo que ahora mismo los mimbres que hay son enormemente más favorables para que se consiga.

Nuestro deseo sería que no solamente estuvieran Podemos e IU, sino que, si hay algo más, donde lo haya, unir absolutamente a todos. Bajo unas únicas siglas, que nuestro gusto es que fuera ese frente amplio de mesa de partidos donde también se dé cabida a gente a nivel individual, que propugna Yolanda Díaz. Me consta que nuestra dirección federal ha cerrado filas en torno a ese proyecto total y absolutamente. Y desde luego, el respaldo de la organización de Murcia sin ningún tipo de fisuras.