“La izquierda no puede seguir fragmentándose. Es obligado tener altura de miras, ser generosos y aunar esfuerzos en torno a un ideario que nos es común.”

EquipoTuareg. 12/03/22.- Gloria Martín es concejala por IU-Verdes en Lorca, tierra de frontera en una tierra de fronteras como es Murcia. Quizá por ello, Lorca depare fenómenos fronterizos con los tiempos de cambio y transformación que vive España; y el mundo. Terremotos y asaltos son hechos manifiestos (y simbólicos) de los movimientos tectónicos, bien de placas, bien de épocas. De ahí que este momento mediador de las palabras y las cosas (como titularía Foucault), y también de informática que es esta entrevista, se muestre como encuentro de temas violentos que se suman, se complementan y se necesitan en su tensión generadora de futuro y esperanza. En el centro de esa dinámica constructiva se sitúa esta mujer de la periferia de la región cual auriga, no de Delfos, sino de Lorca. Gloria Martín, donde la periferia se ubica en el centro. Como diría Sandra Sabatés: “Mujer tenía que ser”.

Hay tres temas que enmarcan el momento en que se produce esta conversación: El movimiento feminista en este 8M, el asalto al pleno del ayuntamiento y la guerra en Ucrania como la última batalla del enfrentamiento entre imperios financieros internacionales. Empecemos por el marco general. Siendo usted una gran activista en la recogida de ayuda humanitaria para la población ucraniana ¿cuál es su posición respecto a la guerra en Ucrania?

Condeno de manera rotunda la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que vulnera el Derecho internacional y la soberanía de ese país, que está segando vidas y provocando el éxodo de centenares de miles de personas, además de impactar de manera muy negativa en la situación económica de los trabajadores de ambos países. Nada justifica todo esto. Putin no puede chantajear a la comunidad internacional por intereses geoestratégicos ni desde luego está legitimado para arrogarse un papel supuestamente desnazificador; primero porque Zelenski, guste más o menos, fue elegido por el 70% de sus compatriotas en elecciones libres, democráticas y competitivas; y segunda, porque a Putin, que después de dos décadas en el Kremlin aprobó una controvertida reforma constitucional que le permitiría perpetuarse en el poder hasta 2036, no le tiembla el pulso para vulnerar burdamente los derechos y las libertades en su propio país: persecución de militantes del Partido Comunista, en la oposición, censura de los medios de comunicación o detenciones de quienes se manifiestan por el fin de la guerra en Ucrania.

“Europa también tiene que dar una respuesta al desafío humanitario que tiene que ver con los refugiados, y que espero que sea más eficaz, sensible y justa que la dada en las crisis migratorias del Mediterráneo.”

Quisiera pensar que será posible una desescalada bélica mediante el trabajo de la diplomacia en favor de la paz y la mediación de potencias con influencia sobre Rusia, y cuyos intereses económicos también están en juego y que al final, por desgracia, parecen pesar más que la pérdida de vidas humanas. Pero me temo que, antes de eso, habrá muchas más bajas en uno y otro bando, porque el pueblo ucraniano parece decidido a no claudicar de momento.

Estos días se ha criticado el envío de armas a Ucrania por parte de potencias europeas, entre ellas España, que es el séptimo exportador de armas del mundo y provee de munición y bombas a Israel, que está masacrando al pueblo palestino. En este caso lo considero un mal necesario porque de la capacidad de resistencia de este país dependerá un desenlace que mantenga en todo o en parte su soberanía o que lo convierta en un satélite del Kremlin. Es eso o abandonarlos directamente a su suerte.

Europa también tiene que dar una respuesta al desafío humanitario que tiene que ver con los refugiados, y que espero que sea más eficaz, sensible y justa que la dada en las crisis migratorias del Mediterráneo. Esta guerra, con su inmensa reacción solidaria por parte de la sociedad civil, también deja al descubierto nuestra hipocresía frente a los huidos del hambre y de otros conflictos bélicos y que no son europeos.

“Me parece terrible que algunas corrientes no se manifiesten en contra del patriarcado o de instituciones ultraconservadoras, ni siquiera contra partidos políticos de corte neofascista, sino explícitamente contra el feminismo.”

Estamos en la semana del 8M que se ha constituido en una fecha fundamental en el calendario del feminismo y en general de toda la sociedad española. ¿Cuáles son los aspectos de la lucha feminista que usted destacaría este año?

Para mí el más importante es la unidad del feminismo, que debe ser plural, crítico y resiliente y no caminar dividido. Eso es imprescindible para que podamos seguir con la agenda de reivindicaciones y avanzando en la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Resulta doloroso, y me preocupa, que este año se hayan producido convocatorias por separado en distintos puntos del país porque la confrontación nos debilita. Yo me siento orgullosa de que en Lorca no haya sido así. Aquí también hay diferentes posturas en debates como el de la abolición o la legalización de la prostitución, los vientres de alquiler o sobre algunos aspectos de la Ley Trans, pero tenemos clarísimo cuáles son las amenazas que nos afectan a todas y que hay muchos más motivos para que marchemos juntas y no separadas.

Mi posición personal es que no podemos sacar del contenido político del feminismo algo que para mí es troncal, como es luchar contra la explotación del cuerpo de las mujeres: sexual y reproductiva. Y, por ejemplo, en el tema de las personas transgénero, soy partidaria del reconocimiento de la libre determinación de la identidad sexual y de la expresión de género, y creo que las personas trans deben gozar de las mismas oportunidades y trato digno que el resto de la ciudadanía. Sin embargo, no renuncio al “género” como categoría analítica para describir y explicar los procesos de subordinación que sufrimos las mujeres, lo seamos por una cuestión biológica o de elección. Me parece terrible que algunas corrientes no se manifiesten en contra del patriarcado o de instituciones ultraconservadoras, ni siquiera contra partidos políticos de corte neofascista, sino explícitamente contra el feminismo. Nosotras hemos acompañado siempre al colectivo LGTB+ y cuando se producen campañas de acoso públicas a feministas, esperamos que las rechacen con la misma intensidad que nosotras les hemos defendido. Porque el enemigo es el mismo, la intransigencia y la violencia patriarcal.

En cualquier caso, nada de eso me va a impedir dialogar con otras compañeras ni unirme a ellas para exigir a los gobiernos acciones decididas para luchar contra la brecha salarial y de las pensiones, la precariedad laboral que afecta a las mujeres, la feminización de la pobreza, la dificultad para acceder a puestos de poder, la persistencia de los roles de género o la imperiosa necesidad de acabar con la lacra de la violencia machista. Y tengo muy presente que gozo de cierto privilegio y que toca esforzarse especialmente por las migrantes, las racializadas, las que padecen algún tipo de discapacidad, las lesbianas o las que están en una situación económica vulnerable, porque en sus casos se multiplican la discriminación y las violencias. Tenemos que recuperar los consensos y abandonar el frentismo.

La Región de Murcia contabiliza 1.429 explotaciones intensivas de ganado porcino con 2.120.000 animales. En este contexto, Lorca ocupa la segunda posición de la lista de los 40 municipios con mayor número de explotaciones de España. ¿Por qué cree que se ha llegado a un grado tan alto de concentración de explotaciones porcinas en el municipio? ¿Qué consecuencias está teniendo en el medioambiente y en la calidad de vida de sus gentes teniendo en cuenta que muchas viviendas están cercanas a zonas habitadas?

La proliferación de granjas industriales en Lorca se intensifica en 2018 con el origen de la peste porcina en el sudeste asiático. Esta situación, que genera una fuerte demanda de carne de cerdo por parte de China, es aprovechada por algunas empresas para implantar el sistema de integración, de corte oligopolista, que ha terminado convirtiendo en asalariados a los ganaderos tradicionales. La integradora pone los lechones, y obliga a cebarlos con el pienso que ella misma vende. Luego te compra el animal engordado hasta los 110 kilos por 15 euros, con lo que ninguna explotación es viable con menos de dos mil cabezas, de ahí la necesidad de acometer ampliaciones. El ganadero integrado se hace cargo de la mano de obra, de los costes veterinarios, de la gestión de los subproductos, los purines, y de los cadáveres o de las inversiones necesarias para adaptar las explotaciones a la legislación ambiental. Es un negocio muy lucrativo para las grandes corporaciones y la ruina a corto y medio plazo para el propietario de las naves. Antes una familia que se dedicaba a la ganadería en Lorca tenía una posición económica desahogada. Ahora la mayoría son personas obligadas a endeudarse para no quedarse fuera de este sistema, porque entonces directamente tu producción ni tiene salida. Es una burbuja que va a estallar y va a llevar a la ruina a mucha gente.

Luego está el tema de cómo conciliamos los derechos a la salud y al medio ambiente en un territorio que acumula más de un millón de cabezas de cerdo, diez veces más que los habitantes que tiene Lorca. Es un modelo absolutamente insostenible, que contamina el subsuelo, el agua y hasta el aire que respiramos, que son recursos naturales que debemos proteger. Desde el punto de vista de la conciliación de los usos residencias y ganaderos de suelo, hay que ponerse en la piel de los vecinos a los que, de repente, les han plantado una granja de cinco mil cerdos a 40 metros de su vivienda a causa de una normativa urbanística injusta y pensada para el capital y no para las personas. El trabajo de IU-Verdes y de las plataformas de afectados ha conseguido colar este asunto en la agenda política municipal, pero nos ha costado seis años y sortear las presiones de grupos económicos muy poderosos.

Este modelo tampoco redistribuye adecuadamente la riqueza y también se ha convertido en un problema social. La demanda de mano de obra muy barata y obligada a soportar pésimas condiciones laborales ha servido de efecto llamada para trabajadores de origen extranjero que hoy pueblan los barrios de nuestro municipio. Pero ese incremento poblacional no ha venido acompañado de un aumento de los servicios públicos y las administraciones tampoco han hecho lo suficiente para redistribuir a estos nuevos vecinos, lo que está empezando a originar choques culturales alimentados por el discurso racista y xenóbofo de VOX. 

“La sociedad lorquina ha sido tajante en su rechazo a estos comportamientos antidemocráticos que atacan a las instituciones que son de todos, y está hastiada de este clima violento que tiene como responsable a la extrema derecha encarnada en VOX.”

El 31 de enero pasado se produjo el asalto al pleno del ayuntamiento de Lorca que usted sufrió y que tuvo una trascendencia estatal. Este hecho ha puesto a Lorca de nuevo en los telediarios y periódicos estatales diez años después del desastroso terremoto del 11 de mayo de 2011. En declaraciones al podcast La Base#4 mantuvo que los instigadores del ataque fueron “una cúpula empresarial, un lobby del sector (ganadero)” y señaló a PP y Vox. Los acontecimientos posteriores confirmaron sus palabras. Ahora con la perspectiva de dos meses, con la modificación de las distancias mínimas de las macrogranjas aprobada, y con el aviso muy importante de hasta dónde la ultraderecha está dispuesta a llegar, ¿qué ha cambiado en la política municipal? ¿y en la sociedad lorquina?

Hice esas declaraciones desde el profundo conocimiento de cómo funcionan esos lobbies en Lorca, de quiénes manejan los hilos e influyen en algunos políticos, y de cómo, desde las semanas previas al asalto del Pleno, se fue construyendo un relato que tenía un objetivo meramente electoral por parte de las derechas. Creo que, en general, la sociedad lorquina ha entendido perfectamente que se trataba de una modificación del Plan General necesaria y nada radical. Contrariamente a lo que se difundió, no va a cerrarse ninguna granja en funcionamiento y que cumpla con todos los requisitos legales. Y la reforma no afecta a otras cabañas ganaderas. Se trata de ordenar urbanísticamente nuestro territorio para no permitir que algunas poblaciones rurales queden, literalmente, sitiadas por macro explotaciones, y que eso limite su desarrollo. Decidir qué municipio queremos ser es una tarea reservada a la política y a los representantes de la ciudadanía. No es el papel de las corporaciones empresariales, que jamás deben intentar usurpar poderes democráticos ni mucho menos tratar de imponer sus intereses con la violencia. Sí he percibido un cambio en la política municipal tras lo que pasó y VOX está ahora más aislado que antes. Creo que el alcalde, Diego José Mateos, del PSOE, se ha dado cuenta de que no podía seguir blanqueando a la ultraderecha, por ejemplo, pactando con este partido las ordenanzas fiscales con el objetivo de hacerle parecer útil y mermar así la fuerza electoral del PP. Espero que el asalto al Pleno le haya hecho consciente del peligro que supone darles oxígeno, porque VOX pone en serio riesgo muchas de las conquistas y los derechos sociales alcanzados por la ciudadanía.

“Lorca aporta a la Región más de lo que recibe, lo que tiene que ver precisamente con nuestra posición periférica, como ocurre en otras comarcas. Si descontamos las inversiones relacionadas con los procesos de reconstrucción tras los terremotos de 2011, las aportaciones que recibimos de los presupuestos autonómicos son para echarse a llorar, sobre todo con lo que tiene que ver con el desarrollo de los servicios públicos.”

En aquel entorno usted recibió insultos e incluso amenazas de muerte ¿Cómo ha respondido la sociedad lorquina al respecto? Y, por otro lado, ¿no existe en los insultos y amenazas cierta violencia de género larvada en todo ello?

La sociedad lorquina ha sido tajante en su rechazo a estos comportamientos antidemocráticos que atacan a las instituciones que son de todos, y está hastiada de este clima violento que tiene como responsable a la extrema derecha encarnada en VOX. La ciudadanía quiere soluciones a los problemas, y espera de quienes nos dedicamos a la política diálogo y capacidad de entendimiento para abordar los retos de nuestro municipio. Se pueden defender ideas y propuestas radicalmente distintas, pero sin apartarnos de las reglas del juego democrático. La desinformación, los bulos, y la manipulación extrema no deberían ser los instrumentos sobre los que se conforme la opinión pública. Lo ocurrido con el asalto del Pleno en Lorca puso de manifiesto hasta qué punto el no contrastar las informaciones con las que se bombardea desde ciertos partidos convierte a las personas en peones para batallas políticas con graves consecuencias, incluso judiciales. Los que les instigaron no pagarán por nada, pero aquellos a quienes utilizaron podrían hasta terminar en prisión. España es un país con una cultura política bastante pobre, y me atrevería a decir que en Lorca y en nuestra Región eso se hace mucho más patente. Estamos demasiado acostumbrados a creer todo lo que nos meten por el embudo de las redes sociales, sin contrastarlo y sin que nos esforcemos por construir un criterio propio, formado y mínimamente objetivo.

Por otra parte, en expresiones muy concretas sí he percibido un tufo misógino y machista en los insultos y amenazas que he recibido personalmente, como cuando se ha utilizado mis características físicas para tratar de hacerme daño. Afortunadamente, cuento con una red de apoyo excepcional en la que destaca el sentimiento de sororidad, de hermandad, que me brindan muchas mujeres. Pero me ha hecho pensar mucho en aquellas que se enfrentan a diario al hostigamiento por su imagen corporal y que se sienten solas, sobre todo adolescentes a las que este tipo de comportamientos inaceptables pueden terminar hundiendo.

El hecho de que Lorca sea Tierra de Frontera, tercer municipio de la región y límite occidental de un eje económico que empieza en Murcia, continúa por Alhama y se cierra en la ciudad del sol, le da a usted una perspectiva periférica y además integradora. Desde esa posición estratégica, ¿qué cree usted que aporta Lorca a la región? Y desde su perspectiva de izquierdas, ¿qué Lorca quiere para los lorquinos?

Lorca aporta a la Región más de lo que recibe, lo que tiene que ver precisamente con nuestra posición periférica, como ocurre en otras comarcas. Si descontamos las inversiones relacionadas con los procesos de reconstrucción tras los terremotos de 2011, las aportaciones que recibimos de los presupuestos autonómicos son para echarse a llorar, sobre todo con lo que tiene que ver con el desarrollo de los servicios públicos. En Sanidad, por ejemplo, sufrimos déficit de camas en el hospital Rafael Méndez y listas de espera infames en Atención Primaria y Especializada, a lo que tenemos que sumar el cierre paulatino de servicios en la Lorca rural que suponen una pérdida de derechos y la desatención sanitaria de una población muy vulnerable a la que se está poniendo en riesgo. En Educación, se está desmontando el sistema de la Formación Profesional de una manera alarmante, y tenemos aularios de infantil de la época franquista, como en Almendricos, sin unas condiciones de salubridad adecuadas. Apenas hay inversiones en materia de vivienda, sólo se apuesta por la recuperación de nuestro casco histórico de boquilla, nuestros mayores esperan años para poder obtener plaza en una residencia… y todo eso son competencias del Gobierno de López Miras.

Todo esto ha hecho que Lorca pierda fuerza en el contexto regional. También por la falta de valentía y de visión estratégica de los sucesivos gobiernos municipales que no han hecho lo suficiente por diversificar nuestra economía y explorar otras vías de desarrollo y de generación de empleo de más calidad. No podemos seguir mirando solo a la agricultura cuando ni siquiera tenemos una base industrial que permita la transformación de la materia prima, darle valor añadido o atraer el conocimiento científico para convertir Lorca en una ciudad pionera en el desarrollo de tecnologías aplicadas al sector agrícola, esenciales para mejorar la sostenibilidad de los recursos naturales y el medio ambiente.

Yo quiero una Lorca moderna y con perspectiva de futuro, donde los jóvenes encuentren motivaciones para desarrollar aquí su proyecto vital; con mejores oportunidades para el empleo; con una cobertura social óptima; que cuide de la población de los núcleos rurales; que conserve nuestra naturaleza; y que haga de la tolerancia, la igualdad y la convivencia pacífica de la ciudadanía sus señas de identidad.

“Izquierda Unida Lorca es una agrupación potente en el seno de nuestra organización porque nuestra sede sigue siendo un espacio de debate abierto todas las semanas; porque la militancia está al corriente de lo que ocurre en barrios y pedanías y eso nos permite a los cargos institucionales tener presencia diaria en los medios de comunicación; porque pisamos el territorio y llevamos a rajatabla que, antes que nada, somos servidores públicos.”

¿Cómo ve usted, cara a las próximas elecciones, el proceso de configuración de una Alianza Amplia que una a la izquierda en Lorca, pero que vaya más allá? ¿Y en la región?

La izquierda no puede seguir fragmentándose. Es obligado tener altura de miras, ser generosos y aunar esfuerzos en torno a un ideario que nos es común. Pero esa unidad se debe construir desde abajo, desde la base, compartiendo espacios y luchas en la calle. Lo que se orqueste en mesas de camillas con el único objetivo de repartir puestos en las listas electorales no augura un buen futuro. Lo hemos visto en los últimos años en nuestra propia región, con grupos municipales rotos y graves desavenencias porque se ha forzado de manera antinatural a cohabitar bajo marcas electorales registradas a última hora, en candidaturas donde la gente ni se conocía. La camaradería se forja en el trabajo codo a codo en el día a día, compartiendo alegrías y penas y construyendo el proyecto de manera participada.

¿Ve a Yolanda Díaz como eje articulador de dicho proceso en España? Y en su caso, ¿Qué puede o debe aportar de nuevo?

Del proyecto de Yolanda Díaz me preocupa que pueda quebrar precisamente por la base. No soy una persona mitómana ni creo en los personalismos, que no son lo mismo que la capacidad de liderazgo. Creo en la fuerza de lo colectivo, considero que el papel de los partidos políticos sigue siendo necesario y no renuncio al discurso de clase. Para mí la organización y el trabajo permanente y disciplinado son imprescindibles para el éxito de cualquier de proyecto. Yolanda Díaz tiene cualidades que me gustan, sobre todo su capacidad de trabajo y de diálogo y un discurso sobrio y pedagógico, que es algo que me gusta mucho en política. Pero debería abstraerse de caer en errores recientes. Podemos no supo crear ni mantener una estructura territorial y lo fió todo al hiper liderazgo de Pablo Iglesias, que acabó achicharrado. Convirtió a los militantes en simples inscritos, en una suerte de fans, y limitó el campo de batalla de la ideología a las redes sociales, cuando la izquierda jamás debe apartarse de la calle, de los centros de trabajo y del conflicto social. No es mi modelo y no me gustaría que la participación de las bases se limitase a consultas virtuales o a pegar carteles en campaña electoral.

Izquierda Unida Lorca es una agrupación potente en el seno de nuestra organización porque nuestra sede sigue siendo un espacio de debate abierto todas las semanas; porque la militancia está al corriente de lo que ocurre en barrios y pedanías y eso nos permite a los cargos institucionales tener presencia diaria en los medios de comunicación; porque pisamos el territorio y llevamos a rajatabla que, antes que nada, somos servidores públicos. Trabajo, definición, compromiso, cercanía, participación, motivación y estructura territorial. Otra cosa distinta puede generar fórmulas electorales tan seductoras como decepcionantes y efímeras. Y espero que ella lo tenga en cuenta.