27.05.2024.- Es innegable el avance que, en la izquierda a la izquierda del PSOE, supuso desde un principio la aparición de Podemos en dicho espacio. No solo porque ha aportado una nueva perspectiva de romper techos, también porque ha sido capaz de crear un núcleo mediático sólido en la lucha cultural. Nos referimos obviamente al espacio hoy que ocupan CanalRed y DiarioRed. Sería absurdo negar el gran avance que estos medios suponen para el espacio de la izquierda transformadora.

No podemos olvidar tampoco su capacidad y audacia a la hora de convencer que se puede llegar al gobierno y que con su llegada no solo han conseguido realizar, y esperemos que consolidar, dicha posición, sino también indicar dónde se encuentra el límite de posibilidades en base a la correlación de fuerzas actual. Pero también, el hecho de llegar al gobierno ha marcado los nuevos objetivos a realizar y las dificultades que ello supone.

Han marcado el feminismo como movimiento de vanguardia dinamizadora de todo el movimiento transformador. La historia reciente ha demostrado la certeza de su análisis y también de sus posiciones políticas. En este sentido no podemos dejar de señalar, y sobretodo indicar como muy importante, el hecho de que han marcado una posición política claramente definida como de resuelta oposición al régimen del 78. Posición que está sirviendo, en general, de guía al resto del espacio transformador. De ahí los ataques de todo tipo que han recibido. Decirles desde aquí, que por supuesto que tienen nuestro apoyo, crítico como siempre, nuestra solidaridad y nuestra colaboración. Siempre que todo ello sea recíproco y que esta reciprocidad sea explícita y en ambas direcciones. Este aspecto debe ser entendido por todos los sujetos políticos del espacio transformador. Es condición sine qua non.

Desde este medio, no solo les queremos reconocer este sólido trabajo que ha creado una nueva mirada y perspectiva que amplía el campo de producción de nuevas condiciones de posibilidad acorde a las nuevas necesidades y objetivos, sino también reconocer su labor, también les queremos enviar un fraternal saludo.

No obstante todo ello, no podemos dejar de reseñar también los errores que han y están cometiendo, siempre desde el punto de vista de nuestra posición. ¿A qué nos referimos?

En primer lugar, que seguramente debido al acoso que han sufrido por las cloacas del régimen del 78, no han sabido o  podido, entender dos cuestiones. Una, que para fortalecer la posición propia no se pueden centrar los esfuerzos en debilitar la de las fuerzas hermanas, sino en crecer juntas en el proyecto común y que quien crea la posición común y la realiza será el líder objetivo. El ´líder no es quien avanza más en un aspecto de la contradicción sino quien consigue que toda la contradicción avance hasta su resolución histórica. Y teniendo presente que es un camino de encuentros y desencuentros, de avances y retrocesos y de, a veces, largos periodos de “encalmada”. Dos, que abandonar, a las primeras dificultades que se presentan, esa posición de liderazgo del espacio “común” para centrarse en consolidar el liderazgo de la lucha cultura, es un error que afecta al grueso del proyecto, como estamos viendo. Entendemos los problemas y dificultades tenidas, pero el abandono del liderazgo político del espacio ha agrandado y creado nuevas  dificultades que han debilitado la potencialidad, no sólo electoral, sino también política de todo el espacio común.

Y en segundo lugar y en conexión explicativa con lo anterior, sostener que es un error no querer participar en la definición de una posición política común y centrar el objetivo solo en los aspectos electorales. Podemos, como el resto del espacio, olvida que sin esa posición política común es imposible avanzar, y mucho menos obtener la victoria. Esta aportación era lo que se esperaba del partido que salió del “Sí se puede”, de “Lo llaman democracia y no lo es” y del “No nos representan”.

Rotos los vetos cruzados tendremos que preguntarnos. Unidad para qué y a partir de qué núcleo de principios y objetivos porque ese es el problema que tenemos que resolver antes de poder alcanzar cualquier éxito sólido. Sin unidad no hay victoria

Cuando cumplamos estas condiciones de principio, entonces será cuando los dobles vetos que nos cierran el camino de la unidad popular que nos ha de llevar “a las grandes avenidas” podrán desaparecer. Será el momento en el que, desde la pluralidad y el respeto mutuo, las izquierdas puedan abordar la creación y el impulso de un espacio común desde el que, con proyecto, convicción y organización, puedan disputar la hegemonía política, social y cultural a las derechas extremas y ultras en auge en España, en Europa y en el mundo. Ese es el reto presente y futuro.