En la latalaya.org dejaremos de hablar de la unidad de la izquierda cuando se haya producido. Pero no cualquier unión circunstancial o electoral sino cuando se haya producido la unidad orgánica de todo el espacio de la izquierda transformadora. Porque la unidad orgánica es condición sine qua non para la victoria política.
Ello no significa que no aplaudamos las victorias electorales y políticas conseguidas en el proceso de unidad, ni que no seamos conscientes de que ahora toca principalmente poner en primer plano el Proyecto Político, en su forma electoral, (y también sus propuestas y contenidos, pero no solo) de la izquierda transformadora que es el que debe articular toda su acción política en todos los frentes y territorios que abarca la lucha política. Al respecto, y como mal menor, en las próximas campañas electorales todas las propuestas, posicionamientos, planteamientos, que se hagan desde listas diferentes, deben ser momentos y propuestas políticas que den sentido de la unidad material y en consecuencia se constituyan de facto en parte integrante lógica del proyecto común a toda la izquierda transformadora.
Para ello toda la izquierda transformadora debe ser conocedora del territorio de Cambio de Paradigma Global que suponen las propuestas políticas como ha puesto en la conversación pública el debate de la ley del “Solo el sí es sí” y que están marcando el momento político y la naturaleza de la transformación propuesta: El Cambio de Paradigma Global. Esperamos y deseamos que la ministra, su equipo y todas y todos los proponentes de este momento/paradigma sean realmente conscientes de su significado de clase y transcendencia histórica.
Y siempre desde la consciencia que la izquierda transformadora debe tener de que, sin un Cambio de Paradigma que no sea momento del Proyecto Global en el Gran Sentido de la Historia, las propuestas son solo actuaciones sin dirección ni sentido realmente de transformación sistémica con afectaciones el modo de producción social. Y en consecuencia, hay que seguir poniendo en el debate del día a día la urgente necesidad de la unidad política y orgánica de todo, y no solo de su ala izquierda, sino en todo el espacio de esta izquierda transformadora. Porque entendemos que la unidad orgánico política es parte y “termómetro” del avance y desarrollo del momento/paradigma y porque entendemos que la unidad orgánica (que algunos inconscientemente califican de “histórica”) es necesaria pero claramente insuficiente.
Quien piense que se puede llegar a una posición política de Unidad Popular y Proceso Constituyente en condiciones de posibilidad de realización con solo el ala izquierda y central de todo el espacio y piense que su ala derecha (que existe y todos tenemos en la cabeza) no entre en la unidad política y orgánica, se está equivocando. Si no que mire a las experiencias latinoameriacanas o china para entender la necesidad objetiva de la total extensión material e ideológica de ese espacio transformador, como condición de posibilidad para la materialización de su proyecto. Y, además, debe entender que sin todo ese espacio no hay una correlación de fuerzas suficientes para conseguir victorias que supongan o tengan capacidad de expresarse en materialidades transformadoras y transformadas.
En la actualidad, tanto el ala izquierda como el ala derecha del espacio transformador (que es transversal a, y “cohabitante” en, todo el espacio transformador) coinciden en poner impedimentos circunstanciales e intrascendentes para impedir la unidad de todo ese espacio. Esos grupos deben saber que más pronto que tarde pagarán caro ese error. Porque es un error histórico poner obstáculos que retrasen o impidan la unidad política y orgánica.
