Adolfo Barrena Salces. 22.07.22.- Está la cosa jodida, ya saben. Filomenas, pandemia, erupciones, crisis, guerra, incendios.... Las necesidades sociales provocadas por todas estas circunstancias que, como al resto de Europa, afectan a este país. Necesidades sociales a las que este Gobierno que tenemos, recuerden progresista, ha tenido que hacer frente. Necesidades sociales que han requerido ingentes cantidades de millones de euros. Necesidades sociales que junto al mantenimiento de la educación, la sanidad, la dependencia, las pensiones, las becas, los subsidios, y el resto de servicios y prestaciones públicas hay que mantener.
Todo ello, en medio de como se dispara la inflación y de como suben los intereses de la deuda pública contraída para hacer frente al gasto social, hace que haya que tomar medidas.
Como siempre que hay una crisis de este tipo surge aquello de ¿quién paga la fiesta? Las derechas, ya lo ven, quiere que sea a costa del gasto público y, mientras piden y exigen bajada y retirada de impuestos, reclaman y exigen más ayudas públicas.
Ahora sale la banca y suelta todo un muestrario de rebuznos porque le van a aplicar un impuesto sobre sus beneficios.
Rebuzna toda esta gente que consideró que debíamos pagar a escote los miles de millones que costó su rescate.
Rebuznan quienes despiden gente, cierran oficinas, no atienden a la gente, abandonan el medio rural y nos fríen a comisiones.
Rebuznan quienes siguen dando dividendos a sus accionistas.
Rebuznan quienes se creen con derecho a ganar más y más porque están convencidos y convencidas de que la banca, siempre tiene que ganar y ganar más cada día.
Dicen que "ya pagan muchos impuestos". Que ya vale, que lo suyo es sablear al personal y engordar sus cuentas de resultados.
La cosa de la responsabilidad, de la obligación de pagar impuestos en función de sus rentas, la fiscalidad progresiva y directa no va con esta gente que rebuzna.
La "fiesta" que la paguen los y las de siempre.
Pues nada, ahora vayan y voten a quienes defienden a la banca rebuznadora, pero vayan pensando como se mantendrá el estado social, como aguantará ese colegio al que van sus hijos e hijas, y ese hospital al que, a pesar de las listas de espera, puede acudir sin que les cueste un riñón, y de donde saldrá el dinero para becas, ayudas, pensiones, y demás.