El líder del PP sigue actuando como si las elecciones se fueran a celebrar mañana mismo
Hay que hacer un esfuerzo para que en medio del griterío que provoca, se pongan en contexto sus declaraciones y sus afirmaciones. Su concepto de patriotismo, sembrar la duda constante ante quien sea
Es un lunes extraño. Estamos en pleno puente del Pilar, festivo para mucha gente, festivo y puente con las restricciones más relajadas que nunca. Y es el inicio de una semana en la que los Presupuestos llegarán al Congreso de los Diputados y que terminará con el Congreso del PSOE, congreso que debería cerrar la catarsis iniciada en el mes de julio con la remodelación del Gobierno y los cambios dentro del propio partido.
Estos cambios señalaron el inicio oficial de la segunda parte de la legislatura, la que se tiene que dedicar a la recuperación, una vez superado lo peor de la pandemia. Pero también en la que el Gobierno va a tener que sortear la escalada de ataques constantes de la oposición del Partido Popular, porque Pablo Casado sigue actuando como si las elecciones se fueran a celebrar mañana mismo, cada intervención, cada entrevista se convierte en un mitin, repleto de mentiras, para atacar a Pedro Sánchez.
Hay que hacer un esfuerzo para que en medio del griterio que provoca, se pongan en contexto sus declaraciones y sus afirmaciones, como la de ayer, con una sonrisa de oreja a oreja, en una entrevista en El Mundo, advirtiendo que España está al borde del rescate. A día de hoy, esto es falso, luego se lo vamos a contar, pero este es su concepto de patriotismo, sembrar la duda constante ante quien sea. Se mantiene en la estrategia de que si a España le va mal a él le irá bien, pero debería saber que esto no siempre funciona.
Cualquier tropiezo puede acabar con esta estrategia, y quien le quiere hacer tropezar es la ultraderecha. Ayer, Santiago Abascal ya no disimuló la persecución a Casado, quien con el endurecimiento de su discurso cree que podrá conseguir que el voto de Vox vuelva al PP.
En Europa, miles de ciudadanos polacos se manifiestan en las calles defendiendo su europeísmo, contrariamente a lo que pretende el gobierno ultranacionalista y conservador de Kaczynski. En Italia se abre el debate para la ilegalización de los partidos fascistas, a raíz de los altercados del fin de semana.
Y España va convirtiéndose en una excepción sostenida por el acercamiento de la derecha tradicional a los postulados más ultras. Casado va a acercándose a Abascal y Abascal defiende su territorio.
Fuente: https://cadenaser.com/programa/2021/10/11/hoy_por_hoy/1633927346_394896.html