Septiembre se inicia con buenas noticias económicas para la Región de Murcia y más concretamente para los trabajadores/as. Por una parte, un descenso acusado del paro registrado en un mes (agosto) que suele comportarse justo al contrario por la finalización de la contratación en el campo y el fin de contratación en hostelería; y por otra, el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo acaba de publicar sus datos correspondientes al segundo trimestre de 2021 indicando que Murcia es la región con mayor incremento del salario medio, sumando un total de 949 euros a la ganancia media total del último año.

Hasta aquí las buenas noticias. La realidad, sin embargo, es bien diferente. A pesar del incremento reseñado, seguimos alejados del salario medio del país (1.509 euros frente a 1.701 euros, según Adecco), y pese al incremento experimentado, el de la región sigue siendo el cuarto salario medio más bajo del conjunto de las Comunidades autónomas, posición ya tradicional que bascula entre los cinco más reducidos desde tiempo inmemorial.

Por otra parte, se trata de salario medio que sirve para la estadística, pero la realidad es que más del 60% de los asalariados/a de nuestra región (650.373 en 2019) están por debajo del salario medio regional (INE 2019), el 44% cobra como máximo el SMI y si elevamos el límite hasta 1,5 SMI el dato alcanza al 66%. (AT 2019).

Una de las razones de los bajos salarios en la región es la alta temporalidad laboral, cuya tasa es la tercera más alta del país (29,2%), 4,5 puntos mayor que la media española y más del doble que la media de la UE-27 (13,6%). De hecho, en lo que va de año, solo el 9% de la contratación en la región ha sido indefinida (11% la media estatal) y de ella el 60% corresponde a jornada parcial o fija-discontinua.

Con estos mimbres, anclados en un modelo productivo con amplia representación de actividades de bajo valor añadido, es difícil transformar una realidad salarial y laboral que permanentemente está a la cola de todas las estadísticas, pero conseguirlo ha de ser uno de los objetivos fundamentales de la recuperación económica que ya empieza a arrancar.

Para esto, la reforma laboral, para reforzar la negociación colectiva, y la subida del SMI son las herramientas imprescindibles. Firmar un nuevo convenio de la hostelería, doce años caducado, sería un buen comienzo.