Al tercer día resucito de entre los muertos. Se acerco a Ferraz, lugar donde le crucificaron y dieron muerte, se sentó a la izquierda de Pablo Iglesias, padre y fundador del socialismo. Pasado un tiempo se convocaron primarias para secretario general de los socialistas. Se presento a dichas primarias y sus fieles y leales seguidores le volvieron a otorgar el poder absoluto. Aunque todos sabíamos de antemano que Rajoy iba a ser presidente de este país, ya es oficial que el señor de los recortes y jefe de la mafia de Génova, con 170 votos a favor, 111 en contra, y 68 abstenciones, continuara siendo el dueño y señor de la Moncloa. Y todo gracias a la traición de algunos socialistas que han preferido cargarse a su líder y traicionar a los 5,5 millones de votantes que creyeron en este partido. Con que poca vergüenza se ha reído de sus afiliados y simpatizantes. Con esta errónea y lamentable decisión, solo van a conseguir destrozar y dividir el partido. Vergonzosa la forma tan ruin y miserable con que el PSOE ha puesto en bandeja de oro la presidencia a Rajoy y el gobierno al PP. Es difícil de entender, que un partido que se supone es contrario a las políticas de esta derecha destructora, haya preferido abstenerse para que gobierne la derecha, en vez de haber intentado hacer un gobierno de coalición con Unidos Podemos. Toda una legislatura criticando al PP por la política de recortes que ha llevado a cabo y por todos los casos de corrupción, y ahora van y se abstienen. Esto si que tiene guasa. Como dice una de las canciones de Rafael: “Escándalo, es un escándalo, escándalo, es un escándalooooo”. Tras este desagradable escándalo, los que realmente sienten el socialismo y son socialistas, deben echarle un par y coger las riendas del partido, porque de lo contrario, el socialismo se irá al traste. Esta puñalada trapera, va a traer cola y graves consecuencias. Si la gente decente que hay en el socialismo no es capaz de limpiar toda la basura que hay en Ferraz y en otras partes de la geografía española, el partido tiende a bajar de categoría. En mano de afiliados y simpatizantes esta la solución. Entre todos hay que echar a los intrusos y traidores. Que se vayan con la derecha, que es el lugar que les corresponde. Pedro Sánchez cometió algún que otro error, de hecho reconocido en ‘Salvados’ que los había cometido. La inmadurez le llevo a despreciar a Podemos. Fue un gran error tachar a Podemos de populistas, y peor error fue ignorar a esta formación para no intentar llegar a acuerdos para formar gobierno, y el más grave de todos los errores fue intentar la investidura en coalición con Ciudadanos. La traición de Albert Ribera al apoyar en estas segundas elecciones, le hizo a Pedro Sánchez ver las cosas con más claridad. Aunque tarde, supo reconocer que se equivocó con la forma despectiva con que trato a Podemos, y al no intentar buscar vías de dialogo para llegar al entendimiento. Nunca es tarde si la dicha es buena, y espero y deseo, que no muy tarde, se les presente la tercera oportunidad. A la tercera va la vencida, como Rajoy, que a su tercer intento, ganó las elecciones por mayoría absoluta. Todo ser humano nos podemos equivocar, pero que tantos seres “humanos” se hayan equivocado a la vez, me parece un poco raro. Que ciertos personajes del socialismo no hayan puesto ningún tipo de resistencia para que el partido más corrupto y más recortador en la historia de esta falsa y embustera democracia continué gobernando, me parece una barbaridad difícil de olvidar, y más difícil todavía, de perdonar. Esperemos que pronto se abra la puerta a nuevas primarias, y a ver si Pedro Sánchez decide arrojar la toalla o presentarse de nuevo a ellas para si la militancia lo decide, ser de nuevo secretario general del PSOE. Solo queda esperar que llegue el momento de la verdad, pero para eso hay que contar con las sabandijas que hay en el socialismo. La maldad de ciertos ruines y miserables que se creen dueños y señores del partido, lo mismo convocan primarias y con la que les puede caer encima, no permiten que la militancia sea quien tenga la última palabra. ¡¡El alma de un partido es su gente, no los miserables que deciden por todos!! ¡En democracia y con libertad, que sea la voz de la militancia la que decida! No se debe admitir en un partido que se define como democrático y de izquierdas, que a quien la militancia decidió fuera quien tomara el timón para enderezar el rumbo de la nave, unos impresentables por intereses personales, lo tiren todo por la borda. Suerte Pedro, que la vas a necesitar.