“Podemos” nació en platós de televisión y ese es su hábitat natural, como el agua lo es del pez. Ambos se asfixian si salen de su medio ecológico. El niño de la Bescansa en el escaño del Congreso es un ejemplo de libro. Lo hacen tan bien que por un momento pensé que Pablo Iglesias también le daría pecho...

La joven diputada podemita tiene el derecho de llevar a su niño donde le apetezca para ocuparse de él. Ese no es el caso. El conflicto no está en el bebé, sino en que su imagen monopolizó la agenda comunicativa. Sabemos todo del niño (que pronto se vanagloriará entre sus amigos de clase: “yo también chupé cámara desde un escaño del Congreso…) pero no sabemos nada del discurso del Presidente Patxi López (sorprendente, de los mejores que he escuchado) ni de la presencia del diputado del PP Gómez de la Serna - que afronta una querella por corrupción, blanqueo de capitales y organización criminal - tan campante por el hemiciclo... ¡Viva le leche de la Bescansa!

Si ocurre tal anomalía es porque la gran mayoría de medios de comunicación han contribuido a ello. Y si lo destacan es porque una enorme franja de españoles prefiere saber del lactante y no de discursos ni contenidos políticos. Las Redes, por supuesto, también ayudan.

¿Seguimos hablando claro? El problema es de solvencia de criterio de una población sometida a un proceso de idiotización por los medios, especialmente los audiovisuales, y gran parte de las redes sociales. La secuencia es de pescadilla que se muerde la cola. La gente habla del niño porque  lo ponen en la tele y aparece por cada rincón de Facebook y Twitter. Por otro lado, la tele, FCBK i Twtr lo ponen porque es de lo que habla la gente.

El encadenamiento es perfecto. El resultado es la consolidación del panderetismo en un país extraviado en el que muy poca gente se da cuenta de que lo está. Entre tanta indigencia mental se coge el primer rábano por las hojas y se dice: “Vaya mierda de política, aquí todos están para robar”.  Y todos tan contentos mientras buscan en sus diversas pantallas algo gracioso que les entretenga para pasar el día.