Adolfo Barrena Salces.- Mañana, 31 de Marzo, es el segundo aniversario de la Revuelta de la España Vaciada.

Mañana, en nuestros pueblos vacíos, saldremos a la plaza, tocarán las campanas y volveremos a decir que ahí estamos, que queremos pueblos vivos, que tenemos derecho a vivir y desarrollar nuestra vida en nuestros pueblos.

A mí, particularmente, no me gusta el término "vaciada". Es verdad que hay una España, en la que están nuestros pueblos, que está quedándose vacía. Pero no hay una política de estado para echarnos de nuestros pueblos. Esa política genocida, la que vaciaba los pueblos, es la que practicó el franquismo sacando a la gente de sus pueblos y casas a punta de pistola, con la guardia civil desalojando, dinamitando casas y obligando a abandonar pueblos enteros.

Hoy nuestros pueblos quedan vacíos por las políticas económicas, por los recortes de servicios públicos, por esa política agraria común diseñada para terratenientes y latifundistas captadores de subvenciones.

Quedan vacíos porque no hay escuelas, ni centros de salud, ni cobertura de internet, ni posibilidad de empleo digno.

Poco a poco, es verdad que sin la guardia civil, sin las pistolas, sin la dinamita, nuestros pueblos se quedan vacíos o son segundas residencias de quienes nos resistimos a dejar morir nuestros pueblos.

Lo triste es que hoy, el irse del pueblo, es un "acto voluntario", no tienes oportunidades, pero te vas "porque quieres", por esa libertad que te da el capitalismo salvaje..

Lo triste es que esas políticas sociales, esas políticas económicas, esos recortes de servicios, esos que quitan trenes, que cierran escuelas, que cierran consultorios, que explotan a la gente en las ciudades, que comercian con la vida y la salud,.... lo hacen con el voto de la gente. También con el voto de las gentes que resisten en los pueblos de esa España vacía.

Porque lo cierto es que nuestros pueblos no se recuperarán sin otras políticas diferentes, sin una apuesta clara de vertebración territorial. No resurgirán, tampoco, sin un modelo diferente de desarrollo, sin recuperar la agricultura y ganadería tradicional basada en las explotaciones familiares frente a las multinacionales agrarias y alimentarias, sin facilitar y apoyar el comercio local y de proximidad, sin recuperar los valores ambientales, culturales y paisajísticos del territorio.

Y todo esto, ya nos lo han demostrado reiteradamente, no lo hacen quienes, desde que vivimos en democracia, han gobernado.

Así que sí, mañana saldremos a las plazas, pero la mejor defensa que podemos hacer de nuestros pueblos, es dejar de dar nuestro voto a quienes los han hundido.

Y, claro, me dirán "ya salió la política", pues sí, porque es una cuestión política, o es que ¿aún no se han enterado?

Notas.- Pozuel de Ariza tenía en 1940, un censo de 399 personas. En 1970 era de 169. En 1990 de 36. En 2020, el último oficial publicado, 21.