Adolfo Barrena Salces.- Hoy es el 81 aniversario de la muerte de Antonio Machado. El poeta es el símbolo del exilio republicano.
Machado fue un convencido republicano que creía firmemente en el poder emancipador de la república.
Machado, en su obra, en su manera de ser, en su vida, defendió esos valores de Libertad, Fraternidad e Igualdad como esencia de una sociedad renovada, de una sociedad que salía del régimen feudal y caciquil en el que había vivido durante siglos.
Machado, como buen republicano, pensaba que un sistema republicano, libre de hipotecas dinásticas y laico, era el único capaz de traer a este país, la esperanza y la libertad, la igualdad entre hombres y mujeres y la fraternidad entre la ciudadanía y los pueblos y culturas que hay en España.
Pero llegó el fascismo, a base de muerte, odio y violencia asesina, mató el sueño. El de Machado y el de quienes, como él, esperaban que la República permitiese pan para todos y todas, y cultura, y progreso y desarrollo. Pero eso es lo que fascismo no soporta. El fascismo, el de hace 80 años, el de siempre, el que sigue existiendo, considera que el pan, la vivienda, la cultura, los privilegios, el poder,.... no son para todos, sino solamente para una élites muy seleccionadas.
Machado tuvo oportunidad de salir antes como hicieron otros y otras, pero siguió aquí aunque la República ya estaba muy tocada. Se quedó hasta el último momento y se fue, ligero de equipaje, como esas miles de personas, mujeres, niños y niñas, personas ancianas, soldados vencidos que, en enero, en pleno invierno, bajo las bombas fascistas, atravesó la frontera y llegó a Francia que no recibió con agrado a quienes huían del franquismo.
Machado se quedó en Colliure, allí murió y allí, en el exilio, sigue descansando. Nos dejó su obra, su ejemplo y su compromiso republicano y por eso, aunque se fue, sigue a nuestro lado y le recordamos.
Os dejo aquí, me parece oportuno para los momentos que vivimos, este fragmento de "Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo" que escribió Machado, que recogía los diálogos de un imaginario profesor con sus alumnos en los que hablaban de la sociedad, la cultura, el arte, la literatura, la política o la filosofía, que se publicó, por primera vez, en 1936
"– Alguna vez se ha dicho: las cabezas son malas; que gobiernen las botas. Esto es muy español, amigo Mairena.
-Esto es algo universal, querido don Cosme. Lo específicamente español es que las botas no lo hagan siempre peor que las cabezas."