Adolfo Barrena Salces.- Ya saben, es ese aparato que al ponerse en marcha, expande, ventila. Si es aire lo que encuentran sus aspas es el aire lo que remueve, si se encuentra por el camino unas gotas de agua, pues refresca un poquito más el aire. El problema es cuando se utiliza para expander, para repartir, para ventilar, para salpicar, de mierda.

Esto de la pandemia nos está demostrando lo podrida que está la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Más allá de la impresentable pelea que llevamos viviendo entra la economía y la salud, al margen de la falta de decisiones claras de quienes tienen la responsabilidad de tomarlas, aunque resulten impopulares, independientemente de la insolidaridad y estupidez manifiesta de quienes, a sabiendas, incumplen las normas y protocolos, tenemos el exceso de mierda con el que el capitalismo, el liberalismo y sus seguidores y seguidoras, nos salpican día a día.

Vemos el afán de repartir mierda, a base de populismo indecente y barato, de esas tribus de la derecha, tanto las extremas, como las enquistadas por debajo del puño y la rosa, que no asumen sus responsabilidades y reclaman y exigen que las tomen las demás.

El festival de la porquería alcanza un momento de culmen cuando oímos a las jefas y jefes de Madrid decir que "Ya ha hecho todo lo que podían y que la pandemia no es problema de ellos/as, que es del gobierno rojocomunistabolivariano que, como no tiene ni puta idea, está abandonando a madrileños y madrileñas. Para qué recordar la nevada, y el hospital sin quirófanos, y los curas contratados en vez de sanitarios, y las pizzas para niños, y decir que está de puta madre que se vacune a jefes, curas y militares aunque no les toque, pero nada, la mierda asquerosa la difundo y pongo tibio al gobierno.

Lo que está pasando con las vacunas es otro ejemplo asqueroso de esta mierda que se llama capitalismo. Las multinacionales de la farmacia, que han recibido millones en ayudas para la investigación y desarrollo de vacunas, que han firmado contratos con los países, pues deciden que el negocio es el negocio y que se las mandan a quien más pague.

Bueno, pues sale el peperío en tromba a responsabilizar al Gobierno de PSOE-Unidas Podemos de que no lleguen las vacunas comprometidas. Están todos los países en danza, está la Unión Europea tratando de meter en cintura a las farmacéuticas, pero el ventilador de la mierda patria lanza la porquería al Gobierno. Es solo problema de aquí y de este Gobierno.

El colmo es que la propia Portavoz Parlamentaria del PP, la sra. Gamarra, lance a través de las redes sociales una pregunta tendenciosa al Gobierno "¿Donde están las vacunas?.

Pues como muy bien debe saber esta buena señora, y si no es que no se entera, están en los países que más caras las están pagando. También puede ocurrir que esta buena señora tenga un par de masters en difusión de porquería, o que sea una inútil populista. Porque eso es el liberalismo, eso es lo que el PP, y Ciudadanos, y Vox, y algún/a barón del PSOE defienden como lo maravilloso.

¿No sería el momento de apostar por una empresa pública para fabricar las vacunas?, pues no, eso son cosas de rojos bolivarianos que quieren que vivamos como en Venezuela. Pues nada, en manos de esta gente que es de quien depende que consigamos ese objetivo de la inmunidad de rebaño, estamos. Seguro, que lo conseguiremos, pero habrá habido más muertes por el camino y habrá habido quienes, gracias a esta mierda, se habrán hecho todavía más millonarios.

Seguro, también, habrá habido quienes, a base de extender la mierda, consiguen más votos.

Pues nada, Vds. mismos, pueden dejar que la mierda les salpique o pueden apagar los ventiladores y no ayudar a repartir porquería.