Adolfo Barrena Salces.- Como todos los primeros de año celebro, y recuerdo, que un día como hoy, la Caravana de la Libertad, llegó a la Habana. Era el 1 de enero de 1959 y significó el triunfo de la revolución cubana.
Hoy Cuba sigue siendo ejemplo de resistencia ante el bloqueo asesino de los EEUU y sigue siendo ejemplo de solidaridad internacional.
Empezamos un nuevo año. Ya hemos dicho y reiterado nuestros buenos deseos a todo el mundo y empezamos el recorrido por las fechas que nos marca el calendario.
Hoy, el primer día del año ha salido frío, muy frío. Pero en el pueblo, en este rincón de Zaragoza, ha habido un momento en el que el sol se ha hecho un hueco. Seguro que ha brillado en muchos otros sitios también.
Decía Benedetti. "¿Cómo voy a creer que el mundo se quedó sin utopía?".
Ese sol brillante, quizá porque soy un soñador impenitente, me ha parecido que resumía las dos cosas. La revolución cubana y la frase de Benedetti.
Fidel, Camilo, el Che,... hicieron posible el sueño de la libertad. La utopía es la que, al perseguirla, como decía Galeano, es la que nos hace avanzar.
Ese sol brillante, que se ha hecho un sitio entre las nubes, nos marca la esperanza.
Para empezar quizá habría que desear que, antes de que este año recién estrenado nos traiga algo, se lleve unas cuantas cosas.
Quiero que se lleve ese machismo cobarde y asesino que ha terminado el año matando a otra mujer.
Deseo que se lleve el fascismo que nos acecha, la insolidaridad salvaje del capitalismo que nos oprime, la irresponsabilidad de quienes, con insensatez manifiesta, abren la puerta al puñetero bicho que mata.
Espero que la política supere esa epidemia del cortoplacismo, del regate corto, del "a ver quien la echa más gorda", del tw oportunista, pero vacío de propuesta.
Sueño con que la monarquía se vaya al carajo y podamos elegir nuestra forma de gobierno.
El sol de esta mañana me anima, pero sé que sigue habiendo nubes; que sigue haciendo falta la capacidad de lucha y resistencia que tuvo, y tiene, el pueblo cubano; que hace falta la confianza que nos hace seguir yendo a por la utopía. Parafraseando a Benedetti, y con su permiso. ¿Cómo vamos a creer que el mundo no tiene arreglo?, ¿que no podemos cambiar las cosas?. El día que perdamos esa confianza nos habrán derrotado del todo.