Adolfo Barrena Salces.- Hoy, las pobres gentes de Madrid, verán a su lideresa inaugurar un hospital que, así lo dice ella misma, causará un impacto mundial. No lo dudo, especialmente por lo estúpido de lo que significa.

Hacer un hospital de pandemia es un atentado a la razón. Digo yo que si de lo que se trata es de vencer las pandemias, de conseguir las vacunas y de librar al personal de la amenaza del virus, el objetivo será tener la mejor sanidad posible y hacer un hospital fijo, no una cosa provisional por la emergencia, destinado a pandemias.

Hacer un hospital para pandemias, cuando se supone que estamos volviendo a detener los niveles de contagio, cuando empieza a verse la oportunidad de las vacunas, es decir que allí, en Madrid, va a seguir habiendo una pandemia que, por lo visto, consideran que va a ser tan permanente que necesita un hospital solo para ella.

Claro, que puede ser que, para justificar la inversión en ese hospital, y necesitar la pandemia, estén llevando al personal a actos masificados como son las inauguraciones de banderitas de colores y a llenar los centros comerciales.

Si vemos, además, que lo van a inaugurar, que se van a hacer las mil una fotos, pero que no han contratado al personal que allí trabaje y atienda, pues nos recuerda a esos aeropuertos sin aviones que tanto gustan al peperío.

Eso sí, los aeropuertos y este hospital, han costado el doble de lo que se presupuestaron, por lo tanto sí que es cierto que este hospital ha sido un negocio para alguien, desde luego no para madrileños y madrileñas que siguen con la sanidad colapsada y sin el personal rastreador necesario.

Francamente, vergonzoso.