Adolfo Barrena Salces.- No es una película de ficción. Es una realidad que un señor, que fue el artífice de la privatización de la sanidad madrileña con el Gobierno de Esperanza Aguirre, instrumenta para sacar beneficios empresariales a costa de la pandemia.
El citado señor Lamela, que fue imputado por cohecho y prevaricación por las irregularidades cometidas en el proceso de privatización de la sanidad de Madrid, es un especialista en puertas giratorias porque, cesado como Consejero de Sanidad, fue fichado por una de las empresas adjudicatarias de las concesiones de la sanidad. Lamela fue, también, el principal instigador de la campaña contra el Dr. Montes al que acuso de matar pacientes mediante la sedación.
Bueno, pues este personaje, patriota donde los haya, se dedica ahora a impulsar una movida en los juzgados para demandar al estado por los daños causados a empresarios por la pandemia y riza el rizo cuando dice que la sanidad privada, la que él ayudó a forrar, debe ser indemnizada por sus aportes a la lucha contra el COVID.
Lo dicho, una de piratas. Pero lo triste es que no es una película, es una realidad que hay personajes así. Ya lo ven, y sin despeinarse.