Adolfo Barrena Salces.- Es esa práctica, tan utilizada, que se apoya en el empleo y difusión, con un claro objetivo de engaño y manipulación, de rumores.
Hay rumores sanos, no vayamos a pensar. Nos gusta mucho el rumor de las olas, por ejemplo. Nos gusta menos el rumor de las voces o del tráfico. Pero ya, lo que molesta y es inaceptable, es el rumor lanzado y diseñado para el engaño, para la mentira.
De estos rumores se ocupa la rumorología que tiene auténticos maestros, que gracias a las posibilidades y oportunidades que dan las redes sociales, tertulianos y medios de comunicación que no contrastan nada, llenan de insidias, mentiras y calumnias todo lo que se les pone por delante.
Lamentable en este país la rumorología tiene muchas personas adeptas. Es más cómodo creerse cualquier cosa que intentar contrastar la información. Asi que un wassap llega a ser más creíble que el BOE
Lo triste, lo vergonzoso, es que haya un juez que apoyándose en rumores, en afirmaciones sin contrastar, sea capaz de abrir un proceso judicial.
Desgraciadamente, en este país de charanga y pandereta, eso de utilizar rumores para joder al personal no es nuevo. Ya se practicó en siglos pasados en los que, en base a rumores, la "Santa Inquisición" quemaba brujas. En pleno régimen franquista un rumor bastaba, también, para llevar de "paseo" hasta una tapia y asesinar impunemente.
Ahora, en esta democracia constitucional que tenemos hay un juez que, a sabiendas de que un rumor no es más que una especulación no confirmada; propalada con un objetivo, no muy sano ni democrático; interesado y que tiene un fin determinado, abre una causa.
Hay otros jueces, al mismo tiempo, que dejan largarse a un campechano aunque, y no son rumores, es un comisionista evasor de impuestos.
Hay toda una corte de corifeos y corifeas que se escandalizan por un rumor lanzado y juzgan y condenan, a la vez que aplauden, justifican y defienden la alfombra roja a un Borbón en fuga.
Bueno, pues este es nuestro país. Aquí lo dejo porque si sigo dando vueltas al tema me adentraré en la escatología y no quiero ser acusado de lanzar rumores sobre que la justicia en este país es una mierda.
¡Ah¡, y cuídense mucho que el maldito bicho sigue por ahí.
