Cuando un empleo a tiempo completo se divide en dos, no se crean, como sostiene Fátima Báñez, dos puestos de trabajo sino dos “empleúchos” precarios. Así que, por mucho que estadísticamente pueda parecer que el empleo está creciendo en España, lo único cierto es que el número total de horas trabajadas sigue siendo el mismo que al comienzo de la crisis. A decir verdad, si no fuera por el trabajo a tiempo parcial (forzoso en el 70% de los casos, según la EPA), que ha crecido en medio millón a costa de las jornadas completas, la tasa de paro llegaría al 30%, según sugiere el propio Banco de España.
Tampoco es verdad que la recuperación en España sea “sólida, sana y social” y el empleo de mayor calidad que el que se fue con la crisis, como también sostiene la extravagante ministra de Trabajo. No hay más que ver los millones de parados y de trabajadores pobres que sigue generando esta “economía de chiringuito” en la que el PP ha convertido a España. Por si se le escapa a alguien, conviene recordar que tres de cada cuatro contratos se realizan en el sector servicios, lo que pone de relieve un modelo productivo inestable y muy vinculado al turismo, con contratos de baja calidad. Tampoco es un secreto que más de tres millones de trabajadores cobran menos de 820 euros al mes, con lo que tener un trabajo ya no asegura poder vivir dignamente.
La prueba de que muchos trabajadores siguen padeciendo condiciones de vida muy duras es el imparable aumento de la pobreza y las desigualdades sociales. Un empobrecimiento que viene dado por los nuevos contratos basura, el subempleo que obliga a muchos a trabajar en empleos de mucha menos cualificación de la que tienen (sobre todo entre los jóvenes) y por la desprotección que se deriva de la aplicación de la Reforma Laboral.
Así las cosas, más que a una “primavera” del empleo, a lo que asistimos es a la lenta glaciación del estado del bienestar, sustituido por un modelo económico basado en relaciones laborales de precariedad que crea poco empleo, de baja calidad, mal pagado, más vulnerable y con menos derechos.