El ínclito e integrista edil, que “no ha tenido tiempo” en cerca de año y medio de presentar una sola moción, se dedica a calumniar a sus adversarios en su cuenta de Facebook.
Manu Parra/Redacción.- Francisco Martínez, concejal y secretario general in pectore del PP ciezano, no va a ser recordado, tras su paso por la Casa Consistorial, precisamente por su trabajo como edil, por el que cobra y al que se debe. En 16 plenos ordinarios que ha celebrado el Ayuntamiento y a los que ha asistido, el ínclito e integrista personaje no ha presentado una sola iniciativa con las que justificar los 10.260 euros que se endorsa al año de las arcas públicas por asistencias a comisiones informativas y plenos.
Las escasas y contadas intervenciones de Francisco Martínez en los plenos municipales se han limitado al turno de ruegos y preguntas, donde con estrafalarias intervenciones, carentes de enjundia y a veces ininteligibles, ha aprovechado para arremeter, “en su desvarío”, contra el equipo de gobierno y particularmente contra el concejal Francisco Saorín, quien constituye en su particular y “enfermiza obsesión” la encarnación de todos los males a los que hay que combatir para preservar a Cieza de la influencia del malino y el comunismo.
La última calumnia de este ínclito personaje ha sido acusar al concejal de Sanidad y Salud Pública del Ayuntamiento de Cieza, Francisco Saorín, de incitar a los hosteleros a rebelarse contra las restricciones y, finalmente, el cierre de sus locales decretado por el Gobierno regional del PP. Así, en su cuenta de Facebook “colgó” el siguiente comentario el pasado 1 de noviembre: “En Cieza, el señor SAORÍN y el periodista de turno se dedicaron ayer sábado, JUNTITOS (como jefe y vasallo que come de aquel) a visitar bares, cafeterías y confiterías arengando a sus dueños para que se manifestaran en contra de las medidas adoptadas por la comunidad autónoma para intentar frenar la pandemia”. Una falacia, como se ha podido comprobar por boca de los propios hosteleros que han desmentido los hechos.
Pero, el que se hayan demostrado la falsedad de las acusaciones, no ha arrugado a este edil que se revuelca en el lodazal de la estulticia con tal de intentar desprestigiar a su “enemigo”. Así, en un comentario posterior dice que no tiene nada por lo que callar, vanagloriándose que su facineroso escrito sigue en su muro de Facebook y rematando y que a eso “se llama oposición”. Una actitud que denigra a la institución municipal y al cargo de concejal que tristemente ostenta como representante de los vecinos.