Su coordinador en Cieza, Francisco Saorín, asegura que estas ayudas ni son un rescate ni implica “hombre de negro”, además de que suponen una mejora y una oportunidad.
La larga y dura negociación que culminaba la pasada semana en Europa con la aprobación de un importante fondo para abordar las consecuencias económicas de la crisis de la covid-19, han llevado a muchos a pensar que se trata de algo muy parecido a los rescate los que vivimos con la crisis del año 2010; unos rescates que se caracterizaron por la aplicación condicionada de políticas de austeridad revisadas y supervisadas por los llamados “hombres de negro”.
En un comunicado de prensa, IU-Verdes de Cieza ha asegurado que en esta ocasión la situación es muy distinta: ni hay rescates ni hay “hombre de negro”, ya que hoy día no estamos en la misma situación: ni la banca ni el estado están al borde de la quiebra porque la prima de riesgo está controlada y no hay problemas para financiarse en el mercado. No solo es que los estados no tengan problemas para endeudarse, es que cobran por ello
En la crisis anterior se daba el dinero a los estados porque no lo podían obtener de otro sitio para que la banca y el estado evitaran la quiebra pagando a sus respectivos acreedores que eran fundamentalmente de Europa, por lo que el rescate en última instancia era a ellos, a los del Norte; ahora, el dinero no se da para eso, no se da para pagar a su vez a unos acreedores, sino que se da para aumentar el gasto y la inversión pública.
Además, los rescates de aquellos años iban dirigidos a los países que necesitaban las ayudas, los países rescatados, en cambio ahora los beneficiarios de estos fondos son todos los países de la Unión Europea. Asimismo, el dinero no lo van a poner los países del Norte, ya que el coste va a ser repartido entre los 27 países de la UE, siendo las ayudas financiadas con emisión de deuda conjunta, es decir de todos los países no de forma individual, esto quiere decir que el dinero provendrá de inversores financieros privados a los que habrá que devolverles el dinero a lo largo de más de 30 años con el presupuesto comunitario y con nuevas figuras impositivas comunitarias.
En los rescates anteriores era la troica, la UE y el FMI quienes imponían las condiciones para dar las ayudas; ahora es muy diferente porque aparte de que no está el FMI nadie puede decidir qué debe hacer el estado que recibe la ayuda, siendo el propio estado el que propone el uso que se le va a dar a esa ayuda y es la UE la que da el visto bueno o no lo da, pero la UE no puede imponer nada.
La únicas condiciones que conocemos y que están encima de la mesa es que esas medidas tienen que contribuir a realizar una transición digital y ecológica, lo cual es positivo, y que se guíen por las recomendaciones que anualmente ofrece la Comisión Europea, que contiene elementos positivos como aumentar el I+D, reforzar el sistema sanitario, o aprobar ayudas monetarias a personas que lo necesitan como el ingreso mínimo vital, combatir la temporalidad laboral; pero sí que hay otras medidas preocupantes como flexibilizar las condiciones laborales, asegurar la sostenibilidad de las pensiones o consolidar el presupuesto.
Finalmente, Saorín ha afirmado que lo que sí es rotundamente falso es que estas medidas conllevarán austeridad, ya que permiten aumentar el gasto público hasta en 140.000 millones de euros en el caso de España. Este dinero no es para pagar a acreedores es para aumentar el gasto y la inversión pública. Además. Los topes de déficit de deuda pública han sido suspendidos hasta el año 2022.
