Todo está preparado para la apertura de la escuela de verano de la Casica de Colores que gestiona Cáritas Cieza, un ejemplo de integración en la localidad con más de veinte años de experiencia como escuela infantil. Tanto la atención personalizada como el personal cualificado han sabido crear un ambiente familiar en sus instalaciones de la calle Donantes de Sangre, donde los niños puedan crecer y descubrir, también durante el mes de julio.
La Casica de Colores es una escuela infantil integradora en la que, además de cubrir las necesidades básicas de los niños posibilitando su pleno desarrollo, sirve de espacio normalizador tanto para los menores como para las familias, informa la dirección de Cáritas Cieza.
Los primeros años de vida son decisivos en su evolución y desarrollo de los pequeños. Durante esta etapa se inician los hábitos básicos de higiene, alimentación, descanso, control de esfínteres, desarrollo y estructuración de su pensamiento, así como sus manifestaciones emocionales, configurando su personalidad.
La alimentación en esta etapa es fundamental. Una correcta o incorrecta alimentación va a influir directamente en su crecimiento físico e intelectual. Por ello la existencia del comedor escolar dentro del proyecto intenta compensar los posibles desequilibrios nutricionales.
Por todo ello, este servicio de Cáritas Cieza ofrece educación individualizada a niños hasta 3 años, con profesionales altamente cualificados, asistencia de logopeda, talleres educativos, horario amplio y flexible de 8.30 a 16.30 horas, atención a la diversidad, apertura de septiembre a julio, incluidas vacaciones escolares y aulas divididas por edades.
Ahora, y coincidiendo con el periodo de vacaciones, posibilidad de escuela de verano para niños hasta 6 años de edad en el mes de julio. En las instalaciones de la calle Donantes de Sangre se dispone de cocina casera de elaboración propia con servicio de comida y merienda.